Redacción | Lunes 14 de noviembre de 2022
Convocados por la Diputación de Guadalajara en el Auditorio de El Pósito, departieron con el autor de la novela 'El Ruta', que se había propuesto como lectura común a los clubes de lectura de la provincia, pero también con Juan Carlos García Muela, escritor seguntino que publicó, este pasado verano, el ensayo 'Sigüenza y el ferrocarril', una obra en la que cita la novela de Vela, y que le sirvió en sus investigaciones previas a la publicación del ensayo.
La Diputación Provincial de Guadalajara, en colaboración con la red de bibliotecas municipales de la provincia, organiza un encuentro anual de todos los clubes de lectura en una localidad de Guadalajara en torno a una novela.
Este año, le correspondido acogerlo a Sigüenza, de acuerdo con el argumento del libro elegido para compartir lectura y comentarios entre los lectores guadalajareños: la novela 'El Ruta'. Obra del escritor Fidel Vela, fue publicada por la editorial La Rueca en 2011, si bien el autor la había escrito en el año 1961, sin que, por diversas circunstancias, hubiera podido ver la luz hasta hace poco más de una década.
Se trata de una novela del realismo español, muy profunda, en torno a la que los clubes de lectura han debatido y trabajado a lo largo de estos meses. El evento tiene dos finalidades: favorecer la convivencia entre los lectores provinciales y profundizar en la obra que se ha trabajado, para lo que se procura que asista el autor de la obra, propiciando el diálogo. Así, Fidel Vela protagonizó la velada en el auditorio de El Pósito de Sigüenza. Vela estuvo acompañado por el escritor seguntino Juan Carlos García Muela, que ha publicado hace sólo unos meses el estudio 'Sigüenza y el tren', de manera que su aportación personal y literaria se sumó también a la iniciativa.
En el encuentro hubo representación de 26 clubes de lectura, adscritos a otras tantas bibliotecas municipales, y más de 400 personas. Fueron recibidas por las concejalas de Cultura, Ana Blasco, y de Mujer, Teresa Franco, del Ayuntamiento de Sigüenza, quien, a su vez, es también diputada delegada de Cultura.
Ana Blasco hizo referencia a la condición seguntina de ciudad cultural desde el mismo momento que “nuestro emblema, el Doncel, descansa eternamente con un libro entre sus manos”, contando con una amplia programación, que nace en buena medida de la inquietud de los seguntinos en este sentido. Blasco afirmó que los lectores, los clubes de lectura, son el alma de la cultura literaria, y abogó, como profesora, por acercar a los jóvenes la afición de leer.
En su doble condición de diputada y concejala, Teresa Franco les dio la bienvenida a los presentes, destacó la labor del servicio de Cultura de la Diputación “para extenderla por todos los pueblos de la provincia y que no haya un pueblo al que no llegue” y subrayó que “las lectoras somos siempre mayoría frente a los lectores”.
'El Ruta' podría considerarse un libro de viajes, si no fuera porque se trata de una obra de ficción y los personajes no viajan voluntariamente, sino forzados por la naturaleza de su trabajo. En cualquier caso, el territorio por el que circulan los protagonistas de ficción es real, al menos durante la época en que fue contemplado. El narrador, neutro y distante, pero al mismo tiempo lo suficientemente cerca, se limita a recoger, como una cámara de vídeo con zoom, todo aquello que su mirada y su oído perciben. No interviene ni juzga, solamente muestra.
El Ruta parte al amanecer de la histórica y Monumental ciudad de Sigüenza y concluye su trayecto narrativo a altas horas de la noche del siguiente día en la no menos histórica y monumental ciudad de Alcalá de Henares, habiendo efectuado paradas en todas las estaciones del recorrido. Es una novela realista y fascinante. “Habitualmente, en las novelas ferrocarril, los protagonistas suelen ser los pasajeros, aquí los protagonistas son los tripulantes del convoy. Esta novela, que conseguí publicar en 2011, ha tenido mucho éxito. Se han vendido miles de ejemplares. Y ahora, diez años después de su primera edición, vuelve a ponerse de moda. He escrito ocho libros, pero éste ha tenido la gracia de alcanzar al público”, señalaba ayer Fidel Vela.
Por su parte, 'Sigüenza y el tren', de Juan Carlos García Muela, edición patrocinada por la Diputación Provincial de Guadalajara, recoge la llegada del ferrocarril a la ciudad seguntina. Una visión sobre la ciudad en el siglo XIX sirve de introducción para describir los pormenores y consecuencias que el nuevo medio de transporte originaba en una ciudad que había sufrido la invasión francesa, la penuria consiguiente, la decisión estatal de no continuar el trazado de la carretera de Aragón y coletazos de las guerras carlistas. El tren llegó a Sigüenza el 2 de julio de 1862 y desde entonces, la estación ha constituido un lugar para el encuentro de los seguntinos y miles de viajeros, algunos ilustres, como Emilia Pardo Bazán, Pío Baroja, José Ortega y Gasset, Unamuno , Manuel Gálvez y Ruano, que dejaron sus impresiones en distintos medios. “El ferrocarril supuso para Sigüenza un avance desde todo punto de vista. Fue una fuente de riqueza, que se puede comprobar a lo largo de la historia de la ciudad. La relación con Fidel y su obra, a quien cito en el libro, es que El Ruta nacía aquí, en Sigüenza y terminaba en Santa Catalina en Madrid, o bien arrancaba, igualmente desde Sigüenza hasta Calatayud. Era un tren de mercancías que no tenía horario. Solo se sabía origen y destino porque tenía que dar paso a todos los trenes, y eso implicaba viajes de varios días. Su presencia da una idea del movimiento comercial que tenía Sigüenza”, explicaba ayer García Muela. La publicación incluye una serie de fotografías de los años 1936, 37 y 38, la mayoría inéditas, que dan una idea de la actividad mantenida en esos años en los que la ciudad fue objetivo de guerra por ser un importante centro de abastecimiento.
Ambos autores tuvieron la oportunidad de departir, moderados por el personal del servicio de Cultura de la Diputación Provincial, con el numeroso público asistente, de manera que Fidel satisfizo la curiosidad de los lectores, puesto que todos habían leído su novela, y Juan Carlos aportó sus conocimientos sobre la historia local del ferrocarril.
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