Redacción | Domingo 16 de julio de 2023
Más de 5.000 personas, según la estimación municipal, han pasado este fin de semana en uno u otro momento por Pastrana, para presenciar y participar en el Festival Ducal del año 2023.
Y, si cualquier visitante que pasee por las calles de la villa ducal en cualquier momento del año puede imaginarse y recrear, en su gran escenario patrimonial, la historia de la villa ducal, que es parte de la historia de España, quienes que lo han hecho durante la XXI edición de este evento, Fiesta de Interés Turístico Regional desde 2021, no han tenido que imaginar nada. Lo han visto con sus propios ojos, viajando en el tiempo del siglo XXI al XVI.
El alcalde de Pastrana, Carlos Largo, agrade, en sus conclusiones del evento, su esfuerzo y dedicación a todos aquellos que han hecho posible que la XXI edición del Festival se haya llevado a cabo, empezando por la Federación de Asociaciones de Pastrana, formada por la Asociación Damas y Caballeros, la Coral La Paz, la Asociación Cultural Banda de Música de Pastrana y el Grupo de Teatro Moratín, pero también “a las personas que, sin formar parte de ninguna de ellas, han participado desinteresadamente”, y “a las empresas que han colaborado con su patrocinio”.
Largo hace extensivo su reconocimiento a las administraciones: Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y Diputación Provincial, pero se mostraba, sobre todo, orgulloso de Pastrana y sus gentes: “El Festival Ducal nace de los pastraneros y de todo el trabajo que realizan, para que año tras año sea un éxito”. Por último, el regidor ha subrayado el compromiso del Ayuntamiento, en años venideros, con el Festival Ducal, “emblema de lo mejor de Pastrana”. Y termina dando las gracias a la directora del festival, Susana Díaz, “como cabeza visible de un trabajo ímprobo y bien hecho”.
Y es que a lo largo de los tres días de Festival Ducal, han participado más de 150 pastraneros, de manera voluntaria, en los sucesivos desfiles y en el espectáculo central, representado a los pies del Palacio de Covarrubias, incluyendo sus volúmenes y fachada en el espectáculo, gracias a Así, además de los personajes que habitaron Pastrana en el pasado y los pastraneros de hoy, los edificios y calles de la villa ducal han tenido todo el protagonismo, en un programa que siempre se piensa para ponerlos en valor.
También el organista de la Colegiata, Marcelo Duarte, ha logrado, con su gran interpretación del viernes, reivindicar el gran órgano de tubos, interpretando sobre él obras de todos los tiempos en su concierto del viernes e incluyendo un juego con los móviles del público para darle dinamismo a su concierto.
El de 2023 ha sido un festival especialmente emotivo. En primer lugar, porque se ha dedicado a Laureano Losada, presidente hasta su muerte en accidente de tráfico en 2022 de la Federación de Asociaciones de Pastrana que organiza el Festival. Fue su esposa, Araceli Morón, quien recibió el premio princesa de Eboli, a título póstumo, para su padre, de manos de cuatro alcaldes de Pastrana que, hasta la fecha, habían trabajado con él de una u otra forma en la preparación del festival: Juan Pablo Sánchez, Ignacio Ranera, Luis Fernando abril y ahora, Carlos Largo.
Pero también lo ha sido porque la XXI Edición del Festival Ducal ha recordado la figura de Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli, en el año en el que se conmemora el 450 aniversario de su muerte. De entre las posibles conmemoraciones a las cuales se podría apelar durante el Festival de la villa de Pastrana de este año resultaba por completo inevitable recordar que son 450 años, los que han pasado ya de la muerte del I Duque de Pastrana.
Fallecido de forma repentina en Madrid el 29 de julio de 1573, quien le hubiera dicho a este portugués de nacimiento que vio la luz en Chamusca, una luminosa villa del Ribatejo, que su amigo el rey Felipe terminaría portando sólo unos años más tarde la corona de su patria. Precisamente dese Chamusca, localidad natal de Ruy, ha venido al festival el presidente de la Cámara Municipal, Paulo Queimado, así como una representación municipal, “con la que hemos tenido la oportunidad de charlar y establecer futuras vías de colaboración”, añade Carlos Largo.
Poco después al ser nombrado el príncipe rey (Felipe II), Ruy tuvo su momento álgido convirtiéndose, en miembro del Consejo de Estado y de Guerra y posteriormente en Contador Mayor de Castilla y de las Indias. A partir de ese momento dependió de su persona la financiación y estrategia, entre otras cosas, de la Batalla de San Quintín, lo que condujo a la catolicidad de Francia y seguidamente en julio de 1559 a la tercera boda del Rey Felipe, con Isabel de Valois.
Fue en 1560 cuando se le encargó a Ruy la reforma fiscal más profunda que experimentó la hacienda castellana en el s.XVI y tuvo tal éxito que se mantuvo hasta después de su muerte. Fue en 1569 adquirir la villa ducal de Pastrana e lugares de Escopete y Sayatón, convirtiendo la villa en la cabeza de sus estados. El mismo año de la compra, obtuvo la bula pontificia para convertir la iglesia en colegiata y junto a la princesa de Eboli, consiguió que la madre Teresa de Jesús viniera a Pastrana y fundara dos conventos, el de San José para mujeres y el del cerro de San Pedro para hombres.
En 1570 cuando después del viaje a Ganada junto al Rey, para sofocar el levantamiento de los moriscos, trajo a Pastrana 200 de aquellas familias para implantar en sus dominios una industria sedera y del tinte y así poder transformar Pastrana en una villa Ducal.
El Rey Felipe II reclamó de nuevo su presencia activa en el Consejo, por el fracaso rotundo que tuvo el Duque de Alba en los Países Bajos. Los viajes entre Pastrana y Madrid se hicieron cada vez más frecuentes y una vez más su intervención fue decisiva para la salvación de España y de parte de Europa. Pues al igual que en la batalla de San Quintín, asesoró, aconsejó e influyó en Felipe II para que en la batalla contra los turcos en Lepanto fuera su hermano, Don Juan de Austria, quien comandara la Santa Alianza contra el imperio Otomano, consiguiendo la victoria y liberando a la cristiandad del azote turco el 7 de octubre de 1571.
En gratitud por todo el trabajo y buen asesoramiento, el Rey me concedió el 29 de agosto de 1572 licencia para formar un mayorazgo y el 20 de diciembre de ese mismo año elevó a Pastrana a la categoría de Ducado, convirtiéndome así en el Primer Duque de Pastrana y Grande de España. Ruy Gómez de Silva y murió, prematuramente, víctima de su salud quebradiza el 29 de Julio de 1573.
Como no podía ser de otra manera, a Ruy Gómez de Silva estuvo dedicado el espectáculo central del Festival Ducal, 'Ruy', que, con textos de Susana Díaz, recorrió, con gran sensibilidad, la biografía del Príncipe de Éboli, desde su nacimiento hasta su muerte, pasando, como no podía ser de otra manera, por su etapa en la villa ducal y haciendo hincapié en la gran repercusión que tuvo para la estabilidad de España y la del monarca Felipe II. Con un lenguaje sencillo, directo, y trayendo al presente los acontecimientos históricos, los más de 50 actores y actrices aficionados lograron emocionar en muchos momentos al público.
Al término de Festival, Susana Díaz salía “muy contenta, ha salido todo estupendo, con pequeños fallos técnicos, como no puede ser de otra manera”. La directora daba las gracias a los actores. “Dan todo lo que tienen. Son unas personas maravillosas”, añadía. El espectáculo repasó la vida de Ruy Gómez de Silva, desde su niñez hasta su muerte. Además del trabajo de actores de todas las edades, también la música aportó frescura a la obra. La Coral La Paz interpretó varios temas a lo largo de la obra, así como la entrada en Pastrana de los moriscos, y su director, el tenor Juan Carlos Pajares, dos fragmentos de ópera para sellar dos de los momentos más emotivos de la obra, sobre todo, el de la muerte de Ruy. En conclusión, el espectáculo “ha sido una forma de mostrar el cariño de Pastrana por el Príncipe de Éboli, porque si la valentía y el arrojo de la princesa son uno de los pilares de Pastrana, otro, es, sin duda, el carácter sosegado y la inteligencia de Ruy”, terminaba la directora.
En la presente edición también hubo espacio para la cultura.
Así, Fernando Vela Cossío, catedrático de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid en su conferencia 'El desarrollo del clasicismo y las relaciones artísticas con España en el Portugal de los Felipes', impartida en el salón de caballerizas del Palacio Ducal, repasó las seis décadas (1580-1640) en las que Castilla y Portugal permanecieron firmemente unidas bajo aquella monarquía universal de los Habsburgo, han venido a la postre a constituir el cénit del Imperio español y un periodo excepcional para la extensión del clasicismo en las artes y en la arquitectura, y muy especialmente en Portugal, en donde destaca el papel desempeñado por el arquitecto e ingeniero italiano Felipe Terzi (1520–1597) que al servicio de Felipe II construyó las imponentes fortalezas del Real Felipe de Setúbal y de Santiago da Barra de Viana do Castelo y dio las trazas de la iglesia de San Vicente de Fora de Lisboa y de las excepcionales ampliaciones del Convento de Cristo en Tomar, una de las obras manieristas de mayor belleza construidas en la Península Ibérica.
Por último, el festival ha dado un nuevo paso adelante en su pretensión de convertirse en un evento vivencial, tangible, que además de verse, se pueda palpar y disfrutar con todos los sentidos, con diferentes talleres interactivos para los más pequeños, teatro de calle, desfile de personajes, magia y otros muchos atractivos, que se irán desarrollando en futuras ediciones.
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