Ambos pertenecen al club de lectura de Fuentenovilla, lugar donde comparten sus lecturas con el resto de integrantes, y ahora también en diferentes encuentros trimestrales con otros lectores de las bibliotecas de Caraquiz y de Galápagos.
En 'Quiéreme, aunque sea mentira', se desarrollan las azarosas vidas de varios personajes sobre el trasfondo de la tremenda realidad del robo de niños y las adopciones ilegales. Desde 1936 hasta la actualidad, la peripecia de sor Cecilia, Pablo Cepeda, las hermanas Adela y Marisol, Amparo y los secretos de Ignacio enfrentan al lector al drama de la búsqueda y el reencuentro, a decidir si la verdad es un derecho o un deber.
Se trata de una novela corta, en la que se aúnan muchas historias y que desemboca en un final preñado de contradicción y sorpresa. Un relato que invita al lector a ponerse en la piel de cada protagonista y a preguntarse constantemente qué haría en el lugar de los personajes.
'Quiéreme, aunque sea mentira' se puede adquirir en la Librería Cervantes, Plaza Mayor 4, Mondéjar o en www.editorialonuba.es La presentación la condujo, precisamente, David Sánchez, “librólogo”, como él mismo se define, y propietario Librería Cervantes.
La alcaldesa de la villa alcarreña, Monse Rivas, el concejal Montegranario Arboleda, así como numerosos miembros del club les acompañaron el acto de presentación de su nuevo trabajo. “Como alcaldesa de Fuentenovilla, pero sobre todo como vecina, me llena de orgullo comprobar cómo el talento y la sensibilidad de nuestros escritores dan fruto en una obra que aborda, con valentía y rigurosidad, temas tan profundos como los niños robados, por lo que les doy mi más sincera enhorabuena”, afirmó Rivas, para quien “los libros tienen el poder de darle voz a quienes no la tuvieron, de despertar conciencias y de emocionarnos”.
En animada conversación, los autores contaron cómo son capaces de escribir a cuatro manos. Al igual que en su anterior y primer trabajo juntos, 'Deconstruyendo a Eudald Roset', la idea de la novela le ha correspondido a Juan Ramón, así como la creación de los personajes. La labor de Rosi es la de corregir y pulir la narración, dudar de todo, y comprobar la verosimilitud del relato y su correcto encaje en la época histórica en la que se desarrolla. Rosi es también escritora y trabajó muchos años en la redacción del diario El País.