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Sigüenza celebra la festividad de su patrono con un nuevo impulso turístico

Redacción | Jueves 15 de enero de 2015
La ciudad del Doncel celebra su fiesta patronal con un programa de festejos que combina los actos tradicionales, que representan la Cofradía de San Vicente y los Dulzaineros, con el impulso turístico

El 22 de enero Sigüenza volverá el día de San Vicente Mártir, patrón de la ciudad. Desde hace siete años, la Cofradía del Santo, dulzaineros, Asociación de Empresarios y Ayuntamiento unen fuerzas para añadirle ingredientes nuevos ingredientes culturales a la celebración. Las actividades se concentran entre los días 21 y 25 de enero.

La III Edición del Segontia Folk, festival de música étnica que incluye en su cartel a la XXVIII Edición del certamen de dulzaina José María Canfrán, abre paso desde la ciudad a las raíces de diferentes músicas del mundo. Su celebración, que cada año genera una mayor expectación, se añade al programa de festejos, en este caso invariable, que recoge los actos tradicionales.

Los orígenes de la fiesta que convierte al santo en patrón de la ciudad, se encuentran en un 22 de enero del año 1124, día en que un Obispo francés procedente de Aquitania, D. Bernardo de Agén, tomaba el castillo y la ciudad que estaban en poder de los musulmanes para consagrarla al santo del día.

Años más tarde, se erigía una iglesia dedicada a San Vicente, una joya del arte románico que merece ser visitada, y que está situada en el corazón de la ciudad medieval, frente a cuya fachada se celebran los actos conmemorativos de la fiesta. De fines del siglo XVIII data la fundación de la Cofradía que lleva el nombre del santo y que se encarga de la organización de los actos.

La Cronista Oficial de la ciudad, Pilar Martínez Taboada, describe así la Iglesia de San Vicente al viajero curioso:
“Desde el siglo XII es parroquia seguntina esta iglesia de San Vicente, cuya advocación está estrechamente relacionada con la historia de la reconquista de la ciudad. Fue el 22 de enero de 1124, día dedicado a este santo diácono y mártir, cuando las tropas castellanas, al mando del obispo seguntino Don Bernardo de Agén, conquistaron el castillo de Sigüenza a los musulmanes. En recuerdo de esta victoria, se dedicó a San Vicente una de las parroquias que se alzaron en la ciudad a mediados del siglo XII. A principios del XIII se amplió el primitivo templo y su interior es hoy un ejemplo del estilo protogótico. Viajero, desde la plazuela del Doncel, donde se alza la casa solariega gótica de la familia de Martín Vázquez de Arce, solo podrás ver sus muros y su torre de las campanas. Pero si avanzas lentamente por la Travesaña Alta podrás descubrir poco a poco las arquivoltas de tradición románica que componen su portada, semejantes a las alzadas por estos mismos años en la fachada principal de la Catedral. Si quieres admirarlas en todo su esplendor, tienes que situarte frente a ellas al final de la calle San Vicente, la que en aquellos años unía la Judería seguntina, ubicada en la Travesaña Baja, con la Travesaña Alta, sede de las ferias anuales de la ciudad. Antes de continuar tu camino, penetra en su interior, rehabilitado magníficamente por su antiguo párroco, Gerardo López, para admirar su Cristo gótico”.

La celebración del certamen de Dulzaina y Tamboril José María Canfrán, que ya va por su XXVIII edición (Ver cartel aparte), es uno de los platos fuertes de la celebración. Como cada año, en 2015 tendrá lugar el día 22 a las 19.30 horas, e irá precedido por un pasacalle que, a mediodía saldrá desde la Iglesia de San Vicente acompañado por el sonido de estos instrumentos.

La fiesta tiene un componente pagano de profundas raíces primitivas y que con el paso del tiempo ha sido cristianizado: encender una hoguera para recibir el solsticio de invierno. Es precisamente en torno al 22 de enero cuando los días se alargan visiblemente. Esta circunstancia se celebra desde tiempos remotos encendiendo una hoguera en la plaza con la finalidad simbólica de iluminar las tinieblas y abastecer de fuego al sol que renace.

En Sigüenza el 21 de enero a las 20:00 horas el Mayordomo y los cuatro Hermanos menores de la Cofradía reviven este momento encendiendo una hoguera en la Plazuela de San Vicente, frente a la Casa del Doncel, acompañados por el sonido de dulzainas y tamboriles. Al final, los niños saltan la hoguera buscando el fuego purificador y se tiznan la cara con pedazos de carbón.

Como no hay onomástica sin dulce, a la salida de la novena y durante la hoguera la Cofradía vende las típicas “rosquillas del Santo”, que son degustadas por el público al son de los instrumentos típicos: dulzaina y tamboril.

En cuanto a los actos religiosos, se inician con la novena donde se cantan “los gozos del Santo” todas las tardes durante nueve días hasta la víspera. El día de San Vicente la Cofradía celebra misa solemne y procesión del Santo por las calles de la ciudad medieval.

El día 23 se celebra “San Vicentillo” en los soportales de la Plaza Mayor se baila al son de la dulzaina y el tamboril lo que se conoce como el “bibitoque”, durante el que se reparte vino, naranjas y dulces que es costumbre entreguen los hermanos entrantes en la Cofradía.

PROGRAMA SAN VICENTE 2015
MIERCOLES, 21 DE ENERO
19:30 h. Solemnes vísperas y último ejercicio de la novena, finalizando con gozos al santo y veneración de la reliquia, en la Iglesia de San Vicente.

Quema de la tradicional hoguera de San Vicente y deleite de las populares rosquillas al son de los dulzaineros de la cofradía. Organiza Cofradía de San Vicente Mártir.

0:30 h. Verbena popular. Lugar: El Motor. Organiza: Cofradía de San Vicente y Dulzaineros de Sigüenza.

JUEVES, 22 DE ENERO
12:00 h. Solemne función en honor a San Vicente Mártir, en la Iglesia de San Vicente. Organiza cofradía de San Vicente Mártir.

19:30 h. XXVII Certamen de Dulzaina y Tamboril “José María Canfrán”. Lugar: Auditorio de El Pósito. Organiza Dulzaineros de Sigüenza. Actúan:

1- Dulzaineros de Sigüenza.

2- Dulzaineros de la Cofradía (Segovia).

3- Ancha es Castilla. Baile con dulzaina (Palencia).

4- Dulzainórgano (Avila)

VIERNES, 23 DE ENERO
23:00 h. Actuación de Alba Gutiérrez en el bar/cafetería Atrio.

17:30 h. Tradicional Bibitoque: Juegos japoneses, cabezudos, caramelos… Lugar: Plaza Mayor. Organiza Cofradía de San Vicente.

SABADO, 24 DE ENERO
10:00 h. Torneo de San Vicente. Campo de fútbol de La Salceda.

13:00 h. Con los Dulzaineros de Sigüenza, Juegos Japoneses en la Plaza Mayor.

18:00 h. Chocolatada para los asistentes a la actuación infantil.

DOMINGO, 25 DE ENERO
12:30 y 16:30 h. Taller de rosquillas para niños. Centro Juvenil La Salamandra.

Contexto histórico de la Reconquista de Sigüenza.

Por Pilar Martínez Taboada. Cronista oficial de Sigüenza.

En 1185, en época del rey de Castilla Alfonso VI, se reconquista Toledo, la antigua capital del reino visigodo, desaparecido tras la invasión islámica del 711.

Junto al rey, llegan a Toledo los monjes cluniacenses que impondría el rito romano a una población cristiana acostumbrada al rito mozárabe (los mozárabes eran los cristianos que se habían quedado en territorio islámico, siendo la comunidad mozárabe más importante la de Toledo).

Alfonso VI nombró arzobispo de Toledo a Don Bernardo de Sedirac, que había llegado a la ciudad acompañado de otros muchos eclesiásticos franceses. Entre ellos el futuro obispo de Sigüenza, Don Bernardo de Agén.

Las conquistas del rey Alfonso VI se vieron muy pronto comprometidas por la llegada de los almorávides. Tan sólo un año después de la capitulación de Toledo, se produjo la derrota de las tropas cristianas en Zalaca. En la batalla de Uclés, murió el heredero de Alfonso y durante unos años las tropas almorávides dominaron la situación, aprovechándose de los problemas internos del reino castellano producidos por las desavenencias de Doña Urraca, hija de Alfonso VI, y su marido, Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, lo que condicionaba la falta de un frente común cristiano contra la amenaza musulmana.

En un primer momento, el matrimonio entre Urraca y Alfonso I de Aragón se vio como una magnífica oportunidad de unificación entre Castilla y Aragón, pero sus desavenencias motivaron su ruptura. En 1114 Urraca fue repudiada por su marido y perdió gran parte de sus tierras. También vio como parte de la nobleza castellana y el alto clero apoyaban como rey de Castilla y de León a su hijo, el futuro Alfonso VII

En 1118 la reconquista de Alcalá por el arzobispo de Toledo y la toma de Zaragoza por Alfonso I el Batallador, y con ella de su reino, motivaron una crisis del prestigio de los almorávides. En Castilla esta conquista fue el acicate para que el futuro rey, Alfonso VII, hijo de la reina Urraca, quisiera recuperar todas las tierras que en su momento conquistó su abuelo Alfonso VI y frenar el avance de la reconquista de Alfonso I, que en poco tiempo había conquistado Calatayud, Medinaceli y Atienza.

Para lograrlo se apoyó en el arzobispo de Toledo, quien restauró algunas antiguas sedes episcopales castellanas, aún en manos musulmanas, encargando a sus nuevos obispos la tarea de reconquistarlas.

Este fue el caso de la antigua sede episcopal de Sigüenza. En 1121 el arzobispo toledano nombró a D. Bernardo de Agén como su nuevo obispo. Esta sede episcopal estaba en el punto de mira del Batallador, pues necesitaba asegurar su retaguardia para ocuparse de la conquista de Lérida. En 1122 el arzobispo de Toledo llegó a un acuerdo con el rey aragonés, por el cual se decidía que el nuevo obispo seguntino, Bernardo de Agén, sería el que conquistase para Castilla la ciudad de Sigüenza y de ese modo Alfonso I quedaría con las manos libres y la retaguardia asegurada para emprender la conquista de Lérida.

Y así ocurrió. El 22 de enero de 1124 D. Bernardo reconquistó con tropas castellanas la alcazaba seguntina. En aquellos momentos la antigua ciudad episcopal estaba dividida en dos núcleos de población, dos aldeas separadas por unos setecientos metros. Una, llamada en la documentación coetánea, Segontia inferior, estaba ubicada en el valle, junto al río Henares, alrededor de la antigua catedral, que pronto será reedificada por su nuevo obispo (en su solar se levanta hoy en día la iglesia del convento de Clarisas, en la Alameda). La otra aldea, denominada Segontia superior, dispuesta en torno a la alcazaba islámica, que estaba ubicada en lo alto del cerro desde donde domina la población del valle.

Tras la Reconquista, la Segontia superior pasaría a manos del rey Alfonso VII y la Segontia inferior fue concedida en señorío al nuevo obispo y a su Cabildo. Pronto se reedificó la antigua catedral y la ciudad del valle fue protegida por murallas, instalándose en ella junto a su cabildo reglar. Sólo unos años más tarde el obispo y su Cabildo recibirían de manos del rey Alfonso VII el señorío de la Segontia superior y la orden de que ambas Segontias fuesen una sola ciudad.

Fue entonces cuando, siendo obispo D Pedro de Leucata, sobrino de D. Bernardo, se alzó un amplio recinto en torno a la Segontia superior, se abandonó la Segontia inferior y se inició la construcción de la nueva catedral y de las dos iglesias parroquiales de la ciudad, una dedicada a Santiago, en la calle Mayor y otra a San Vicente en la Travesaña Alta, en recuerdo de su santo patrón.

Sobre este tema se puede consultar mis artículos: “Los obispos aquitanos en los primeros siglos de la reconquista castellana (su relación con la diócesis de Sigüenza”, Anales Seguntinos, nº 1 (1984), pp. 21-30 y “Desarrollo urbanístico de Sigüenza (siglo XII y primera mitad del XIII)”, Anales Seguntinos nº 7 (1991), pp. 195-253 y de también el artículo de Adrián Blázquez Garbajosa, “La reconquista de Sigüenza y su significación geopolítica y regional, en Wad-al-Hayara, 12 (1985), pp. 35-42.

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