Mientras la industria todavía se lamenta por la muerte del CD y los consumidores recurren con frecuencia al pirateo, han sido los artistas, que últimamente parecen condenados a centrar sus beneficios en las giras de conciertos, los que han decidido poner en marcha su alternativa.
Jaz Z es el cerebro de la operación, que se ha llamado Tidal y que ofrece, por 19,99 dólares al mes (18,6 euros), un servicio de 25 millones de canciones sin anuncios, 75.000 vídeos musicales, identificador de melodías, gestor de redes sociales y listas de reproducción.
Todo ello, compatible con casi todos los sistemas operativos de móviles y ordenadores, estará disponible en 31 países y promete una calidad de sonido superior a sus competidores, aunque también se ofrece una opción por 9,99 dólares (9,3 euros) para aquellos que quieran un sonido de calidad convencional.
La alternativa está lista. La pregunta es sí será lo suficientemente fuerte para luchar contra la escucha gratuita, sobre todo en España, donde la palabra gratis provoca colas inmensas.