Guarinos resalta la devoción y el sentimiento de los molineses en la Loa y Danza a la Virgen de la Hoz

La presidenta de la Diputación Provincial de Guadalajara, Ana Guarinos, ha compartido con los molineses una de sus celebraciones más tradicionales que congrega, el domingo de Pentecostés, a cientos de fieles y devotos en torno al espectacular Santuario de la Virgen de la Hoz, en Ventosa. Se trata de las Danzas y Loa a la Virgen de la Hoz, fiesta declarada de Interés Turístico Provincial, en la que también ha estado presente el alcalde de Molina de Aragón, Jesús Herranz, concejales de la Corporación; el presidente de la Hermandad de la Virgen de la Hoz, Dámaso Martínez, el vicario diocesano de Sigüenza y Zonas Rurales, así como los diputados provinciales Luis Palacios y Lucía Enjuto, entre otros.

En un paraje inigualable por su atractivo en plena naturaleza ha dado comienzo la peregrinación celebración con el Rosario desde las Casillas a la ermita para, a continuación, celebrar la Misa Solemne en la explanada bajo el enorme roquedal, frente al Santuario, que dio paso a la interpretación teatral de la Loa, Danza y, finalmente, la procesión.

La presidenta de la Diputación quiso resaltar tanto la tradición y devoción, como la vistosidad y reclamo de esta celebración tan arraigada en tierras del Señorío de Molina que reúne a cientos de personas desde hace centenares de años para disfrutar con el rito ancestral que también atrae a vecinos de otras provincias. “Como se puede comprobar es mucha la devoción que los molineses profesamos a la Virgen de la Hoz, siendo un sentimiento que llevamos muy dentro, que hace que hoy sea un día especial y de cita marcada en el calendario también para seguir conservando y manteniendo estas tradiciones tan nuestras, tan de nuestra provincia y que significan tanto para nosotros”, dijo Guarinos. Además, la presidenta tuvo palabras de reconocimiento y cariño hacia Vicente Saguillo, “persona sin la cual esta celebración no sería lo mismo”
Los danzantes y los actores que fueron los encargados de interpretar la Loa a la Virgen, se unieron a la comitiva procesional al final del recorrido, protagonizando la representación del auto sacramental en el que las tradiciones del territorio quedan expuestas mezcladas con ritos ancestrales de lucha entre el Bien y el Mal. En él intervinieron personajes diversos desempeñando papeles como el de ermitaño, que guarda el Santuario, un mayoral que le da consejo, el diablo, con espada negra, que trata de impedir la celebración amenazando con enfermedades y guerras o un Ángel que expulsa a los demonios a las entrañas del infierno, protegiendo a molineses y peregrinos.

Los actos concluyeron con la procesión encabezada por las cruces de los pueblos vecinos y la bandera de la Cofradía de la Virgen, que llevó la imagen rodeando el Santuario hasta la cercana y bella ermita. Aquí, los fieles aprovecharon para besar el manto de la Virgen.