La guadalajareña Purificación Causapié sustituye a Carmona como portavoz del PSOE madrileño

Enrique Rico, Secretario de Organización del PSOE madrileño, confirmó este lunes el cese de Antonio Miguel Carmona en una rueda de prensa donde además anunció el nombramiento para sustituirle de Purificación Causapié como la nueva portavoz municipal de los socialistas en el Ayuntamiento de la capital.

En rueda de prensa en la sede de Callao, Rico ha apuntado que es una decisión política "mirando" a los ciudadanos de Madrid y en la línea de proceso de "renovación" del partido, recalcando que los nueve concejales del PSOE seguirán respaldando el gobierno de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. "Consideramos que ella es la persona adecuada para estar al frente en esta nueva etapa, valorando y agradeciendo el trabajo de Carmona durante estos meses", dijo.

Causapié fue la número dos de los socialistas en la lista al Ayuntamiento. Frente a las palabras que ha esgrimido el hasta ahora portavoz municipal, que achacaba esta decisión a una cuestión estrictamente "interna", Rico ha asegurado que "no es una decisión de carácter personal" sino que es "política" porque Madrid es "capital".

Además, ha explicado que esta decisión se transmite ahora al grupo municipal. El Grupo Municipal Socialista ha aprobado el relevo de Carmona, una decisión que se ha adoptado por cinco votos a favor frente a cuatro en contra, según fuentes socialistas. Cinco de los nueves concejales que tiene actualmente el PSOE la han refrendado, mientras que los otros cuatros se han opuesto.

Carmona, ha sido la primera víctima que se ha cobrado la herida no cerrada en el Congreso Extraordinario del PSOE-M, que se cerró sin acabar con la división interna y con una nueva dirección que da sus primeros pasos avivando aún más la polémica.

Tras el "golpe de mano" de Ferraz que acabó con la era de Tomás Gómez, una gestora que dirigió el partido en las probablemente elecciones más importantes de las últimas décadas y unas primarias para elegir al nuevo líder socialista en Madrid, el Congreso que celebró el PSOE-M el pasado viernes estaba llamado a zanjar la división y a presentar un partido unido dejando a un lado lo interno para centrarse en lo esencial: llevar a Pedro Sánchez a la Moncloa. Lejos de ser así, la división se ha convertido casi en fractura.