Se han repartido un total de ocho puntos por diferentes espacios públicos del municipio, para que los usuarios puedan coger libremente los libros que contienen y que están provistos de un etiquetado especial
Una comunidad de usuarios que pone a disposición de otros sus libros para que atraviesen el tiempo y el espacio. Un multitudinario grupo de lectura que no conoce límites. Son dos acepciones válidas para definir el BookCrossing, una original modalidad de intercambio de libros que cuenta con legiones de seguidores en todo el mundo y que ha llegado al municipio de Yebes. De la mano de las bibliotecas municipales, se han repartido un total de ocho puntos por diferentes espacios públicos del municipio para que, de forma anónima y gratuita, los vecinos puedan coger el libro que más les guste. “No es necesario hacer nada más; te llevas el libro sin preguntar a nadie y lo devuelves en el mismo punto o, si lo prefieres, lo dejas en algún otro lugar de paso”, explica Juan Antonio Perojo, concejal de Cultura.
El significado literal en español del término BookCrossing es ‘cruzando libros’, aunque esa traducción apenas desvela lo que en realidad se esconde detrás de esta práctica. Se trata de un modo sencillo de compartir libros con el resto de tus vecinos. De tu país. O del mundo. Este fenómeno se basa en las ‘3 erres’, es decir, read, register y release. O lo que es lo mismo, lee, regístralo y libéralo. En Yebes han hecho una versión “reducida y localista” de esta red de bibliotecas sin fronteras. Los puntos de retirada de libros se localizan en lugares tan variopintos como la farmacia, una tienda de artículos de regalo, el consultorio médico, el Centro Deportivo Municipal ‘Valdeluz’ o el bar del pueblo.
Cada libro lleva una etiqueta numerada que identifica su pertenencia a la red BookCrossing. A los que hagan uso de este sistema de lectura solo se les pide una cosa: que manden una foto. No es necesario que salga su rostro si no quieren. Las instantáneas pueden enviarse por WhatsApp al teléfono 673 634 277 o por correo electrónico a la dirección
[email protected]. “Así sabremos por donde se están moviendo los libros que, una vez terminados, se pueden dejar en cualquier punto de BookCrossing”, especifica Álvaro Pérez, bibliotecario de Yebes y Valdeluz y promotor de la iniciativa. Con las fotos que lleguen se hará un ‘selfie/álbum’ en la red social Facebook y las que más ‘Me gusta’ acumulen se harán acreedoras a un premio sorpresa.
Para la ocasión, las bibliotecas de Yebes y Valdeluz también han editado un video promocional que se puede visualizar en Youtube (https://www.youtube.com/watch?v=9SDTJPf1EA4). Una vez registrados hay que liberar los libros, trámite que consiste en dejarlos en la calle. En el caso de Yebes y Valdeluz, se trata de una liberación controlada mediante el sistema ‘BookBox’ o caja de libros, que no es sino un punto oficial en el que se pueden retirar o depositar los volúmenes. “Lo suyo es que los libros rulen, que cambien de manos”, explica el concejal de Cultura, aunque si alguien tiene la tentación de quedárselo estará en su derecho. “Pero seguro que si han disfrutado con su lectura, les apetecerá que otros también experimenten esa sensación. Y que regresen como por arte de magia al mismo sitio donde se lo encontraron”, advierte Perojo.
El decálogo de cualquier BookCrosser que se precie contiene un puñado de sugerencias para hacer más ágil y efectiva la cadena. Entre otros, no eternizarse en la lectura: con 15 días o tres semanas es más que suficiente. Hay que cuidar el libro que elijas porque deberá pasar por multitud de manos y tener una larga vida. Y, sobre todo, ser respetuoso con el anonimato de otros usuarios. Sigue estas normas y… ¡¡habrás descubierto el encanto del BookCrossing!!