El Geoparque Molina-Alto Tajo pretende que ‘Juego de Tronos’ impulse el turismo
miércoles 30 de septiembre de 2015, 11:14h
El Taller de Empleo “Agente dinamizador de Geoparque” ha impulsado diversas iniciativas para unir al entramado hostelero y al sector servicios y aprovechar el impacto y la promoción que supone el rodaje de la serie
El Castillo de Zafra alcanzó fama en la Edad Media por su naturaleza inexpugnable y durante estos días vuelve a ser merecedor de esta consideración, aunque no sea ya por sus poderosas murallas, ni por numerosas huestes de soldados vigilando desde sus almenas, sino que, se podría decir, que es consecuencia de los dragones que sobrevuelan la Sierra de Caldereros con motivo del rodaje de la popular serie de televisión “Juego de Tronos”.
Todo transcurre en el más absoluto secreto entre los escarpes rojizos de este paraje
Todo transcurre en el más absoluto secreto entre los escarpes rojizos de este paraje, declarado Monumento Natural en 2005. Se rumorea que se van a rodar escenas tanto dentro como fuera del castillo; que van a representar una batalla medieval a los pies del castillo y que para ello han tenido que trasladar hasta allí un número importante de caballos y 300 extras. Sin embargo, el acceso está restringido a los ojos de curiosos y periodistas.
El Taller de Empleo “Agente dinamizador del Geoparque de la Comarca de Molina-Alto Tajo” lo vio claro desde el primer momento: Este acontecimiento no podía limitarse a estos tres días en los que acceder al castillo es imposible y los distintos alojamientos ya están al completo, acogiendo a los actores, extras y personal de grabación. El impacto tenía que transcender mucho más en el tiempo, como ha sucedido en Sevilla o Gerona, donde el turismo se ha incrementado en torno a un 30 por ciento. Para ello han organizado varias reuniones con representantes de las empresas turísticas de la comarca y el sector servicios para contribuir a trazar una estrategia basada en los distintos productos turísticos que se pueden ofrecer vinculados a la serie y su promoción.
Además, los alumnos de este taller han señalizado el acceso al castillo; han editado material informativo y divulgativo, como carteles, manteles individuales para los restaurantes y un tríptico en los que no sólo se informa sobre la ruta para llegar al castillo, sino de los muchos encantos que atesora esta comarca, y han creado la iniciativa “Juego de Tapas”, con la que se pretende que los establecimientos hosteleros lleven a cabo una ruta de la tapa basada en la serie.
Una ruta sobre Juego de Tronos
“La Comarca de Molina de Aragón ha entendido muy bien que ser uno de los escenarios de la serie representa una oportunidad muy importante que no podemos dejar escapar”, afirma el gerente del Geoparque de la Comarca de Molina-Alto Tajo, Juan Manuel Monasterio. “Por eso precisamente estamos trabajando para diseñar una ruta basada en el rodaje de la serie, teniendo en cuenta que el entorno de Zafra es tierra de fronteras y castillos, con otros ejemplos como el castillo de Molina, el de Embid o la Torre de la Yunta”, señala. Tal y como adelanta Monasterio, “este nuevo recorrido pretende aunar ficción, historia y geología a través de relatos increíbles, porque este paraje no sólo se ha convertido en escenario de una de las escenas más esperadas de la serie, sino que también ha protagonizado interesantes capítulos de la historia y esconde un episodio geológico apasionante”.
El gerente del Geoparque, como no podía ser de otra manera, no se olvida de las características geológicas de este paraje, que en cierta medida han sido las responsables de que la productora HBO haya puesto sus ojos en la zona. “Todo parece indicar que la Sierra de Caldereros se convertirá en las conocidas como Montañas Rojas de Dorne, en el Reino de Poniente, y salta a la vista que el color rojo de las areniscas de Caldereros domina el paisaje de estos páramos”.
Una apasionante historia geológica
Pero, ¿por qué la Sierra de Caldereros tiene este relieve tan singular y sus rocas este color rojizo tan característico? Luis Carcavilla, científico titular del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y coordinador del Comité Científico del Geoparque, responde a estas preguntas y aclara que para comprender el origen y disposición de estas rocas hay que remontarse muchos millones de años atrás en el tiempo geológico: “Hace alrededor de 250 millones de años la Tierra tenía un aspecto muy diferente al actual y no era un lugar fácil para vivir. Poco tiempo antes había tenido lugar la extinción más importante de la historia de los seres vivos sobre la Tierra, en la que desapareció 90% de las especies que habitaban el planeta”.
“Esta zona era un relieve casi llano al pie de las montañas, donde se extendían amplios valles”
En aquella época, indica Carcavilla “esta zona era un relieve casi llano al pie de las montañas, donde se extendían amplios valles en los que se acumulaban sedimentos. El clima era muy caluroso y árido, pero cuando llovía lo hacía con gran intensidad, permitiendo la formación de torrentes y ríos capaces de arrastrar gran cantidad de sedimentos. No se trataba de cursos fluviales como los que vemos en la actualidad en el Geoparque de Molina, ni siquiera en la Península Ibérica, sino de enormes ríos que recorrían amplios valles, los cuales cubrían grandes extensiones y arrastraban miles de toneladas de arenas y gravas. Tanto es así, que en algunos lugares se acumularon más de 800 metros de espesor de cantos rodados. El propio peso de los sedimentos acumulados y la circulación de fluidos entre los granos de arena y los cantos rodados permitieron que se compactaran y cementaran para formar rocas consistentes: las gravas darían lugar a conglomerados y las arenas a areniscas que vemos hoy en día”.
El característico color rojo de la Sierra se debe, según el geólogo a que, “al depositarse bajo un clima árido, el hierro contenido en los sedimentos se oxidaba fácilmente, tiñéndolas de un intenso color rojizo. De hecho, este conjunto de arenas y conglomerados da lugar a una formación geológica muy característica denominada Buntsandstein, que en alemán significa “areniscas de varios colores”.
Por último, el relieve que presenta la Sierra de Caldereros, que la convierte en un paisaje sublime de gran espectacularidad, es consecuencia de una serie de procesos tectónicos. Tal y como relata el científico titular del IGME “las areniscas y conglomerados se acumularon formando capas o estratos en posición horizontal. Mucho después de su compactación, estas capas serían fracturadas e inclinadas en el mismo proceso que originó gran parte de las montañas que vemos hoy en día en la Península Ibérica. Estos estratos de rocas, al estar formados por cantos y arenas, no se plegaron como sí lo hicieron las calizas, si no que respondieron a la deformación únicamente inclinando su posición o fracturándose. Una evidencia de esta transformación tectónica es que, vistas desde el aire, se observa que las rocas de la Sierra de Caldereros no tienen una disposición tan caprichosa como podría parecer, sino que se alinean siguiendo la dirección de fracturación predominante en todas las rocas de la región”.