Así lo ha revelado comScore, llegando a definir este tráfico como las “visitas de una página web que se generan por fuentes inválidas”. También señala el fraude de aquellos perfiles de redes sociales que ganan cientos y miles de seguidores en un corto periodo de tiempo pero, ¿cómo detectar esta estafa?
El tráfico no humano preocupa, y mucho, a agencias y medios en general, por lo que comScore ha intentado esgrimir este problema en el informe “Tráfico no humano: por qué es importante y por qué debería importarle”.
Y es que este tipo de tráfico puede aparecer de diferentes formas: como robot tradicional, es decir, como un sistema diseñado para imitar al usuario humano, cuya función es aumentar las impresiones de los anuncios; como adware y secuestro de navegadores, mediante un software que crea HTML o anuncios sin el conocimiento del usuario; como inyectores de anuncios, es decir, programas que se utilizan para adulterar resultados insertando anuncios de forma maliciosa en sitios web donde no deberían estar; o como bloqueo de dominios en algunos sites de baja calidad que se hacen pasar por medios premium, con el objetivo de robar ventas publicitarias.
Este tipo de acciones no sólo contaminan el sector, sino que enmarañan todo el caos que supone ya la métrica de audiencias digitales en nuestro país. De hecho, los precios se pueden llegar a basar el datos irreales, que sólo perjudican a los medios más pequeños frente a aquellos que sí tienen más solvencia como para atajar este problema.
Tal y como afirma comScore, “en la medición televisiva nunca se permite la intervención de un robot. En el sector digital no debería ser diferente”. Estamos en una situación en la que a los anunciantes les resulta difícil saber cuál es la visibilidad real de sus acciones en Internet. Por ello, comScore ha desarrollado una tecnología específica contra el tráfico no humano en todos sus productos, y sigue desarrollando funciones para proteger el tráfico y las campañas de estas amenazas.
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