La Gran Ronda vuelve a Sigüenza por Navidad
domingo 20 de diciembre de 2015, 22:53h
Cerca de mil personas disfrutaron de una tarde cargada de villancicos
Si el pasado fin de semana el VI Certamen de Villancicos de la ciudad significaba el prólogo de la Navidad seguntina, los villancicos de las parroquias, que fueron cantados ayer en la Residencia Saturnino López Novoa le pusieron ayer la banda sonora a su primer capítulo.
Este festival de canciones tradicionales se venía celebrando desde tiempo inmemorial en el Seminario de Sigüenza. Desde su cierre años atrás, tiene lugar con el mismo cariño y emoción propios de las fechas en las que nos encontramos, pero en Salón de Actos del Asilo.
Hasta seis grupos de cantantes entonaron sus piezas navideñas sobre las tablas del escenario. Una vez más se encargó de introducirlos el periodista local Oscar Ruiz Carranza. Además de las tres parroquias, la de San Vicente, la de Santa María y la de San Pedro, que presentaron su musical representación compuesta principalmente de niños, pero también de mayores, actuaron también las animosas voces del Coro de Santa Cecilia, el Grupo Scout de Sigüenza y el grupo de mayores de terapia de la propia Residencia de Saturnino López Novoa, para el que el festival supone una enorme ilusión e incentivo para trabajar, puesto que lo preparan con mucho cariño durante semanas previas a su celebración.
Además, los niños de la Parroquia de San Vicente representaron el Belén Viviente, que escenifican durante las navidades doncelinas en esa Iglesia desde hace más de treinta años en las misas de Nochebuena, Navidad, Año Nuevo y Reyes, además de en el propio festival. En total, cantaron casi un centenar de seguntinos de todas las edades, que hicieron disfrutar con su espíritu navideño a los ancianos de la Residencia y al numeroso público que se congregó en el Salón de Actos.
Y, justo a continuación, salía la gran Ronda de Navidad de la ciudad. A partir de las seis de la tarde, y con una inusual temperatura, aún a esa hora por encima de los dos dígitos, empezaban a llegar a la Plaza del Castillo los músicos seguntinos. Allí estaba el incombustible Pepe Cerezo, bandurria en mano, el profesor de música, Javier Villaverde, esta vez con el acordeón, los alumnos de la escuela de música con sus trompetas y, naturalmente, Jaime Gómez Olalla con una de sus zambombas, entre otros muchos seguntinos y seguntinas deseosos de exteriorizar su espíritu navideño. No faltaron a su cita los voluntarios de Protección Civil, que, de nuevo dirigidos por Martín Cañamón, se encargaron de que la Gran Ronda Navideña fluyera con normalidad por las calles, antiguas y nuevas, de la ciudad. “Lo que queremos es sacar la alegría de la Navidad a la calle y que se vea el ambiente”, explicaba Pepe Cerezo, regenerador, junto a su amigo Pedro Pardillo de la Rondalla de Sigüenza, y también resucitador de Ronda de Navidad, hace ahora 64 años, cuando salieron a pedir para los ancianos del Asilo.
Saliendo del Castillo, la comitiva musical bajó por Mayor y Travesaña Alta, hasta la Puerta del Hierro, Bajada del Portal Mayor, calle Valencia, Plaza de los Cuatro Caños, Villaviciosa, Pio XII, Vicente Moñux, Paseo de la Alameda y Plaza Mayor.
Cuando la ronda llegó al corazón del pueblo, los seguntinos compartieron allí un caldito y un chocolate con churros. Naturalmente, Jaime Gómez Olalla tenía montada, e hizo sonar, su zambombón gigante y desmontable de más de 2,5 metros de alto, para deleite de las cerca de mil personas que se dieron cita para poner fin a una sonora tarde navideña.