El Hospital Nacional de Parapléjicos, volcado en la investigación de tecnologías emergentes para el desarrollo de exoesqueletos
El centro sanitario asume el rol de recibir y validar en pacientes el fruto de las investigaciones
lunes 28 de diciembre de 2015, 11:54h
El Hospital Nacional de Parapléjicos, centro dependiente del Servicio de Salud de Castilla.-La Mancha (SESCAM) forma parte del consorcio científico y tecnológico llamado BioMOt, que ha reunido en Toledo a socios de cuatro países (España, Bélgica, Italia, Islandia y Japón) y evaluadores europeos para poner al día las investigaciones en exoesqueletos robóticos para uso de personas con discapacidad motora.
El proyecto BioMOt forma parte del programa europeo Horizonte 2020, conocido como Future Emerging Technologies, destinado a financiar investigación de alto riesgo para generar innovaciones que puedan provocar un cambio significativo respecto a lo que ya existe.
Según el Jefe de Servicio de Rehabilitación y responsable de la Unidad de Biomecánica y Ayudas Técnicas del centro toledano, Ángel Gil, “los actuales dispositivos robóticos destinados a la locomoción humana todavía no ofrecen la capacidad de adaptación en tiempo real, ni la flexibilidad necesaria para los usuarios cuando se enfrentan a perturbaciones naturales o ambientales”.
Ante esta realidad, el Jefe de Laboratorio de Locomoción Humana del Instituto Cajal, del CSIC, que toma el relevo de José Luis Pons como investigador principal del proyecto BioMOT, Juan Moreno, explica que “lo que estamos proponiendo es una técnica para rehabilitar con exoesqueletos robóticos la marcha humana, tras una lesión del sistema nervioso con una estrategia bastante sofisticada, que incluye monitorizar de forma detallada la actividad muscular residual del paciente y utilizarla para prescribir cuál es la intención real y gestionar la interacción entre el robot y la máquina”.
Para conseguir el objetivo, afirma Juan Moreno, “estamos integrando sistemas computacionales de medidas de señales bioeléctricas y nuevos robots más flexibles mecánicamente. La idea es que el usuario pueda caminar con este robot de una forma más natural (bioinspirada)”.
En esta línea, los científicos de BioMot estudian además, aspectos como el control neuronal, los mecanismos de aprendizaje y una arquitectura cognitiva que permita una mejor relación hombre-máquina.
El Hospital Nacional de Parapléjicos ahora tiene que asumir el rol de recibir las tecnologías que empiezan a integrarse y comenzar a probarlas, validarlas, criticarlas y suministrar información a los desarrolladores para mejorarlas si hace falta. La idea es que a partir del mes 32 ó 33 del proyecto, que dura 36 meses, se pueda hacer una experimentación clínica piloto. Para esta fase el papel del Hospital es fundamental para que se involucren pacientes en la validación de los prototipos, considera el científico Juan Moreno.
La neuro-robótica, un ámbito lleno de oportunidades
Los expertos de la Organización Mundial de la Salud destacan el prometedor futuro de estos sistemas tecnológicos en la rehabilitación de la función de la marcha en pacientes que presentan una lesión neurológica, como los que se encuentran ingresados en el Hospital Nacional de Parapléjicos.
“Estamos en un momento interesante para los que trabajamos en este campo”, apunta Juan Moreno, quien añade que “hay muchísima actividad en Europa y otras regiones del mundo. En el futuro, indudablemente, la tecnología robótica va a ayudar a los pacientes de una mejor manera que lo está haciendo ahora”.
De entre los retos ha destacado dos. Por un lado, “conseguir que la tecnología sea fácil de usar y que se abaraten los costes para que esto sea un negocio para los que tienen que poner el dinero para producir estas máquinas y sea accesible para quienes deseen comprarlo”.
“Vamos en buen camino, se está incrementando el número de investigadores que trabajan en esta línea y hay más número de empresas que empiezan a producir exoesqueletos”, afirma el investigador.