“Piensa dos veces antes de publicar. Lo que cuelgas ya no se borra”. Es el mensaje que lanza el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incide) en España, a través de su subdirector de Operaciones, Marcos Gómez, en conversación con ABC.
Y es que los datos del Instituto, que gestiona la Oficina de Seguridad del Internauta, dan cuenta ya de que más de un 5% y hasta un 10% de los jóvenes de 16 a 34 años en España pierden una oportunidad de trabajo por el mal uso que hacen de sus redes sociales.
“Al final, todos somos esclavos de nuestras palabras. Uno siempre publica lo que quiere sin pensar en que puede tener consecuencias, pero hay que ser conscientes de los riesgos que conlleva”, asegura a su vez Esteban Mucientes, vicepresidente de la Asociación Española de responsables de Comunidades OnLine (Aerco).
El último caso de alguien a quien su identidad digital le ha jugado una mala pasada es el de Sergi Guardiola, un jugador de fútbol fichado y fulminado para la plantilla del Barcelona B en apenas ocho horas.
El joven de Manacor pidió ayer disculpas a Cataluña y al Barça por haber herido su sensibilidad después de que “un amigo” usase su cuenta personal en la red de micromensajes Twitter para publicar unos comentarios nada apropiados que a la postre le han servido la rescisión de un contrato.
Fuere quien fuere, el perfil era suyo y la destitución era algo lógico para el Barça. Expertos como Mucientes recomiendan a raíz de este caso tener presencia digital, al tiempo que manejan las redes con responsabilidad y sentido común, sin aprovechar el anonimato que otorga internet. Los especialistas siempre ponen un ejemplo muy sencillo: no publiques en la Red aquello que no serías capaz de decir en alto al destinatario.
Este no es el primer caso de despido por redes sociales ni será el último. Los empresarios buscan nuestros perfiles en las redes sociales para ver cómo somos y sí hay algo que no encaja podemos no ser directamente convocados a la entrevista de trabajo o no llegar a trabajar. Criticar a la empresa en la que vas a trabajar es una buena forma de no llegar a trabajar en ella. Hubo un caso bastante sonado en Estados Unidos dónde el propio jefe puso de patitas en la calle a una empleada antes siquiera de empezar a trabajar por un solo tuit criticando el trabajo que iba a empezar a realizar.
Hay que tener cuidado. Mi consejo: si bebes no tuitees ni publiques en Facebook. Directamente, aparca el móvil.