Niños de 7 años trabajan en minas de la República Democrática del Congo para extraer el cobalto con el que varias multinacionales fabrican sus baterías de 'smartphones' y de sus coches eléctricos sin cerciorarse de que no provienen de mano de obra infantil.
Así lo denunciaron este martes Amnistía Internacional (AI) y Afrewatch en el informe 'Esto es por lo que nosotros morimos: abusos de derechos humanos en la República Democrática del Congo alimentan el comercio mundial de cobalto', que rastrea a lo largo de 88 páginas la venta del cobalto, utilizado en las baterías de iones de litio, que se extrae de minas donde trabajan en peligrosas condiciones niños y también adultos.
"Los fascinantes escaparates y anuncios de las tecnologías de vanguardia contrastan acusadamente con los niños cargados con bolsas llenas de piedras y los mineros que desfilan por estrechos túneles excavados artificialmente, expuestos a sufrir daños pulmonares permanentes", señaló Mark Dummett, investigador de Amnistía Internacional sobre Empresas y Derechos Humanos.
Dummett indicó que "millones de personas disfrutan de las ventajas de las nuevas tecnologías, pero raras veces se preguntan cómo están hechas", y añadió que "es hora de que las grandes marcas asuman parte de la responsabilidad de la extracción de las materias primas con que se hacen sus lucrativos productos".
En el informe se documenta cómo se compra el cobalto en zonas donde el trabajo infantil está muy extendido y se vende a Congo Dongfang Mining (CDM), filial en propiedad exclusiva del gigante chino del comercio de minerales Zhejiang Huayou Cobalt Ltd (Huayou Cobalt).
Amnistía Internacional utiliza en su investigación documentos de inversores para mostrar cómo Huayou Cobalt y su filial CDM procesan el cobalto antes de venderlo a tres fabricantes de componentes para baterías en China y Corea del Sur, que, a su vez, lo transfieren a fabricantes de baterías que aseguran abastecer a empresas de tecnología y automóviles, entre ellas Apple, Microsoft, Samsung, Sony, Daimler y Volkswagen.
Amnistía Internacional se puso en contacto con 16 multinacionales que figuraban en la lista de clientes de los fabricantes de baterías que se abastecían de mineral procesado de Huayou Cobalt.
Una de ellas admitió la relación, mientras que otras cuatro no supieron decir con seguridad si compraban cobalto de la República Democrática del Congo o de Huayou Cobalt, seis afirmaron que estaban investigando el asunto, cinco negaron abastecerse de cobalto a través de Huayou Cobalt pese a que figuran como clientes en los documentos comerciales de los fabricantes de baterías y dos multinacionales negaron abastecerse de cobalto congoleño.