Todo parece indicar que investigadores de la Universidad de Cambridge y de la Queen Mary de Londres habrían demostrado cómo un agujero negro con una extraña forma de anillo puede trastornar la teoría general de la relatividad de Albert Einstein.
Uno de los fundamentos de la física moderna está en el punto de mira debido a una minuciosa investigación publicada por la revista Physical Review Letters.
Varios científicos han simulado con éxito un agujero negro con la forma de un anillo muy delgado, lo que da lugar a una serie de “protuberancias” o “bultos” conectados por cuerdas que se vuelven cada vez más delgadas con el tiempo. “Estas cuerdas llegan a hacerse tan finas que se desgarran en una serie de agujeros negros en miniatura, similares a un fino chorro de agua de un grifo que se rompe en gotas”, reza la investigación, que recuerda que aunque los agujeros negros en forma de anillo fueron descubiertos en 2002, no ha sido hasta ahora cuando su dinámica se ha simulado con éxito utilizando superordenadores.
Si esto llegase a producirse, daría lugar a la aparición de una “singularidad desnuda” que descompondría las ecuaciones de la relatividad general en la que se basa nuestra comprensión de la gravedad.
Un siglo de una teoría, ¿inequívoca?
Hace 100 años que se publicó la teoría de la relatividad, 100 años en los que ha pasado por todas las pruebas posibles, dejando en evidencia una de sus limitaciones: la existencia de un punto donde la gravedad es tan intensa que el espacio, el tiempo y las leyes de la física, se descomponen; algo a lo que llamamos singularidades.
“Mientras las singularidades permanecen ocultas detrás de un horizonte de sucesos, no causan problemas y la relatividad general se sostiene. La conjetura de la censura cósmica dice que este es siempre el caso”, comenta el coautor del estudio, Markus Kunesch. “Mientras la conjetura de la censura cósmica sea válida, podemos predecir con seguridad el futuro fuera de los agujeros negros. Porque, en definitiva, lo que estamos tratando de hacer en la física es predecir el futuro dado el conocimiento sobre el estado del universo ahora”.
Otro de los participantes en el estudio añade que “si existen singularidades desnudas, la relatividad general se rompe, lo que supondría poner todo al revés, porque ya no tendría ningún poder predictivo, ya no podría ser considerada como una teoría autónoma para explicar el universo”.