Tamajón ha regresado al Medievo durante tres días
Con 43 puestos artesanos,música de hechiceros medievales, magia, muestra de oficios antiguos,actuaciones teatrales, exhibiciones interactivas de rapaces y mamíferos en medio de un ambiente excelente presidido por el buen tiempo.
lunes 16 de mayo de 2016, 00:09h
Tamajón ha regresado al Medievo durante tres días. El viernes, por la noche, a la hora bruja de las doce, el grupo 'Grimorium' se encargaba, con su magia musical, de transformar el ambiente. Las densas nubes de humo, con la Iglesia de Tamajón al fondo, transportaron a la villa agallonera más de siete siglos en el tiempo. Cuarto intérpretes provenientes de León, Galicia y Madrid, con experiencia acumulada de cerca de veinte años en el mundo del folk, interpretaron un concierto que tiene como referente un libro de hechizos medievales: el Grimorio. La música de la zanfoña anunciaba a los agalloneros que volvía a correr, al menos al pie del Ocejón, el año 1259, fecha que aparece en el cuño del privilegio de mercado que concedió a Tamajón el rey Alfonso X, el Sabio.
En el espectáculo, cada uno de los músicos es también un personaje venido de lejanas y frías tierras por toda Europa. Todos comparten con el resto su tradición musical y su forma de hacer la magia. “Llevamos el hechizo de la música a los lugares donde tocamos, jugando con la imaginación y con el mundo de la fantasía medieval”, explicaban. Ataviados como arlequín, bruja, sabio y guerrero, sus sones ahuyentaron definitivamente las nubes el viernes, sirviéndose de instrumentos como el davul, o tambor medieval, la gaita gallega, la zanfoña, “muy popular en la Edad Media, que tocaban los ciegos a las puertas de las catedrales, como nosotros hacemos hoy aquí, al pie de la Iglesia de Tamajón”, la gaita alemana y la gaita francesa.
Ya por la mañana, el sábado, y por fin con sol, en Tamajón, la calle de Enmedio, que estrenaba firme adoquinado y redes, se llenaba con el color de la música, en esta ocasión procedente de la dulzaina y el tamboril de los Gaiteros Mirasierra. En la Plaza Mayor, frente al Ayuntamiento, y con más banderas y decoración que nunca, se dieron cita cuarenta y tres puestos artesanos, provenientes principalmente de Guadalajara y de Madrid, pero también de muchos otros lugares de España.
Después de despertar sonoramente el mercado, los dulzaineros anunciaban que llegaba la hora del pregón. Lo iniciaba Michel Redrado, responsable de la empresa organizadora, Professional History. “Ahora que hay más mercados y ferias medievales que en la Edad Media, hoy inauguramos la decimoctava edición de uno que realmente cuenta con pruebas documentales”, señaló. Se declamó a continuación una poesía escrita por un agallonero de cuyo nombre nada se sabe: “(…) Virgen de los Enebrales, en tu ermita nos esperas, como a los hijos su madre, con tus puertas siempre abiertas, posada, casa y mesón. Guadarrama y Somosierra, Cebollera y el 'Collao', Alto Rey y Sierra Pela, todos sois muy bien 'nombraos', pero preside el Ocejón. Los ríos Sorbe y Jarama, dibujan a nuestro pueblo, con pluma firme, muy clara, y cincel hecho de fuego. Nos llamamos Tamajón”.
Leyó después el alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban, la transcripción del privilegio de Alfonso X, a la que se refirió Redrado. Destacó, además, que en todo este tiempo que ha pasado desde la recuperación del mercado (1999), “se ha convertido en la fiesta que más personas atrae a nuestro pueblo, y por lo tanto, la más importante, que está sirviendo para la promoción y desarrollo de Tamajón”.
Esteban dijo también que, en los días del mercado está permanentemente abierta la exposición de los documentos históricos de Tamajón, “tan importantes para conocer el devenir de nuestra historia”. Por último, Esteban presentó al pregonero, el presidente de FADETA, Jesús Ortega, sobre el que destacó la labor que ha llevado a cabo para reivindicar los derechos de los pueblos afectados por embalses y centrales térmicas. “Gracias a esta lucha, en muchos pueblos de España se pueden acometer inversiones que no serían posibles si no se contara con los recursos conseguidos con mucho tesón por un equipo de personas del que nuestro pregonero formó parte”, dijo.
Por su parte, el pregonero recordó que también el 1999 estuvo presente en la inauguración del mercado medieval, entonces en su calidad de vicepresidente de la Diputación Provincial. “Le desee a Eugenio Esteban lo mejor para este Mercado, que renacía después de décadas de suspensión, como casi todo lo malo que pasa en nuestra provincia, por culpa de la despoblación del campo. Entonces, como ahora, sabía y sé que dejaba el Mercado Medieval en buenas manos”, dijo. También destacó Ortega el trabajo que en todos estos años ha hecho “el grupo de Desarrollo rural hermano ADEL Sierra Norte”. Precisamente la del Mercado Medieval fue una de las primeras iniciativas turísticas que se puso en marcha con fondos europeos en Guadalajara. “Compruebo con agrado lo bien invertido que estuvo aquel dinero. Hoy, el Mercado Medieval de Tamajón se ha convertido en un referente de la Artesanía provincial, y en un ejemplo que muchos han seguido después”, afirmó a este respecto. Por último, habló de desarrollo rural. “El caso de Tamajón es un modelo a seguir. Ojala tuviéramos muchas más localidades en la provincia que creyeran, como cree ésta, en el futuro del campo en España”, destacó Ortega.
Acompañando la inauguración del mercado medieval estuvieron también la senadora Ana González, el diputado Alberto Domínguez y la diputada Yolanda Ramírez, entre otras personalidades.
Se abrió entonces el Mercado, en una luminosa mañana de mayo. La calle de Enmedio se llenó de colores, olores y sabores. El aula de la naturaleza, con exhibición interactiva de animales vivos, había quedado instalada en pleno centro de la Plaza, rodeada de puestos y de artesanos, vendiendo y trabajando. “Es el tercer año que vengo. Utilizo el aluminio para fabricar pulseras, diademas, colgantes o brazaletes. El cliente viene, elige diseño y colores, y se le fabrica la pieza al gusto. Además, trabajo arcillas poliméricas de distintos colores, un material que, una vez cocido, no se borra nunca, no pierde color y no destiñe”, decía Iván Pérez, artesano madrileño que viaja por toda España. Era la tercera vez que exponía en la localidad agallonera.
Roberto Antón, de Morata de Tajuña (Madrid), trajo hasta la villa su artesanía en cuero por primera vez. En su puesto había monederos, bolsos, riñoneras y cientos de artículos más, todos hechos de este material. “El pueblo es una maravilla. me gusta esta comarca, que ya conocía, y su gente, por eso he venido”, decía. El talabartero trabaja piel de ternera engrasada u otras que él mismo curte, y lo hace todo a mano, “desde el diseño hasta la venta”, decía ayer.
Más abajo, ya en dirección a la Iglesia de Tamajón, estaba La Cocina de Daniel, un puesto de artesanía gastronómica venido desde Azuqueca de Henares, con sus mermeladas y almíbares. En uno de esos estéticos puestos llenos de botes de cristal multicolores, vendía desde las más normales, de fresa o manzana, hasta variedades como las de zanahoria y naranja, que se pueden usar para acompañar los sabores salados, de pimientos rojos, cuya combinación resulta deliciosa con las carnes o el queso, y otras más de cebolla y de tomate. Y al final de la calle estaba Antonio García Verdugo, venido desde Colmenar de Oreja (Madrid), con su puesto combinado de forja tradicional y moderna.
También hubo sitio para los libros. La escritora Isabel García Francisco mostró 'Recuerdos de Félix García', un libro de memorias y vivencias que ha escrito basándose en los recuerdos de su padre, Félix García Martín. El libro es una recopilación de las coplas, poesías, romances que Félix aprendió de pequeño. Le gustaban tanto, que todo el dinero que tenía se lo gastaba en comprar coplas el día que bajaba a Segovia. Se las aprendía de memoria, y hoy día, con 86 años, sigue recordándolas.
Con el libro, Isabel da rienda suelta a su vocación literaria, le hace un homenaje sentido “a mi padre por esa memoria tan prodigiosa, y con él a una generación que tuvo las cosas muy difíciles, mucho más que nosotros, y también da a conocer nuestras raíces, nuestro folclore y nuestro pasado, para que no quede en el olvido, cuando nuestros mayores desaparezcan”, termina.
A lo largo de la tarde del sábado, y de la mañana del domingo, se sucedieron los combates entre caballeros, espectáculos de magia, espectáculo de vuelo libre de aves rapaces, muestra de armas, desfile de tropas, bailarinas y soldados, en una decimoctava edición del Mercado Medieval, que ha sido más visitada que nunca.
Minutos después de que Tamajón regresara de su viaje al pasado en el puente de San Isidro, su alcalde, Eugenio Esteban, señaló que habrá una decimonovena edición, destacó “la calidad de los artesanos que nos han acompañado en esta edición” y se congratuló por “las buenas cifras de negocio que han hecho en estos dos días tanto los puestos como la hostelería comarcal”, y por la presencia de público. Sobre todo en la tarde del sábado y mañana del domingo, Tamajón se llenó de visitantes.