"Sé que piensan que soy un hueso duro de roer y un drogadicto y dicen que soy alcohólico. No lo soy. Nada de lo que la gente piensa de mí es verdad. Todo nació porque nunca contesté ciertas cosas en la prensa. Eran ridículas".
Así se expresaba el cineasta hace unos años, cuando reaparecía en el 60 aniversario del festival de Cannes sin ninguna arruga, cejas depiladas, nariz reconstruida y sin confirmar si se había cambiado de sexo.
Ha muerto en paz, rodeado "de los suyos y de las dos mujeres que le amaron", comentaba en Twitter Thierry Frémaux, responsable del certamen, sin aclarar nada más.
Residente entre París y Los Ángeles, The New York Times en cambio asegura, al contrario que Frémaux, que Cimino falleció repentinamente y solo.
Esta teoría apunta además a que el cuerpo del cineasta fue encontrado en su casa en Los Ángeles por la policía después de que algunos amigos no fueran capaces de localizarlo por teléfono. Aún no están determinadas las causas del deceso.
Solo dirigió siete filmes en su carrera, y protagonizó el ascenso y la caída más vertiginosos que pudiera imaginarse en Hollywood. A continuación recordamos alguna de sus escenas más reconocidas.