La Junta asegura que el Campus de Guadalajara será una realidad en 2020
Afirma que en enero de 2017 se firmará un convenio entre todas las partes implicadas en esta infraestructura, que permitirá comenzar las obras y ejecutarlas en tres anualidades, para completar el equipamiento y el traslado de los estudios en el año 2020
jueves 22 de diciembre de 2016, 13:27h
Hasta el curso 2020-2021 tendrá que esperar Guadalajara para tener su nuevo Campus Universitario. Así lo han garantizado esta mañana los consejeros de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto, y de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, en la reunión mantenida en la Delegación de la Junta en Guadalajara, en la que han participado también los responsables de la Universidad de Alcalá, del Ministerio de Defensa y del Ayuntamiento de Guadalajara.
Según cuentan, el primer paso será la firma de un convenio entre las diferentes partes implicadas en esta actuación, prevista para el mes de enero. En este documento se establecerán los plazos y la financiación anual de la obra, en los términos que hoy ha expuesto el Gobierno regional y que se recogen en el plan director elaborado por la Universidad de Alcalá de Henares.
En concreto, la obra para dotar a Guadalajara de un nuevo Campus Universitario se realizará en las anualidades 2017, 2018, 2019 y 2020, de manera que en septiembre de este último año pueda comenzar en estas instalaciones el curso académico. En 2017 se contempla la fase de proyecto de ejecución, licitación y comienzo de obras, para 2018 y 2019 la continuación de la ejecución de las mismas y para 2020 la finalización, el equipamiento y el traslado. La previsión es que el futuro Campus tenga un coste de unos 50 millones de euros.
El nuevo Campus Universitario de Guadalajara se diseñará pensando en 5.000 alumnos y permitirá integrar los estudios que actualmente se imparten en la ciudad con las nuevas enseñanzas. Se ordenará fundamentalmente en tres zonas, que estarán comunicadas entre sí por un eje transversal que, a su vez, permite salvar las diferencias topográficas existentes entre los diferentes espacios que albergarán edificios educativos.