El Ayuntamiento de Sigüenza ha concedido la Mención por la Igualdad 2014 a los trabajadores y trabajadoras que cuidan de los mayores en la ciudad. La concejala de Bienestar Social, Charo Toro, afirmó en el Auditorio de El Pósito, escenario la undécima edición, que las residencias de Sigüenza generan "un gran número de puestos de trabajo que mayoritariamente se cubren con personal femenino".
Asimismo, Toro elogió la labor diaria de las personas que se ocupan de los ancianos en sus últimos años de vida: "Llevan a cabo una tarea muy dura, pues se enfrentan cada día con el dolor y el sufrimiento humano, que además desempeñan en una población rural, como es Sigüenza". Sin embargo, la concejala afirmó también que "los obstáculos no les impiden ayudar a los mayores y a sus familias, trabajo que el Ayuntamiento, desde el Centro de la Mujer, quiere reconocer con la Mención que les entregamos hoy".
Además de al personal de las cuatro residencias doncelinas, la concejala de Bienestar Social hizo extensiva la Mención por la Igualdad a las 10 auxiliares que prestan la ayuda a domicilio, que se ocupan en la actualidad de 32 personas mayores. "Queremos reconocer su profesionalidad y el valor añadido que aportan a su trabajo por su gran calidad humana y el trato personal a los dependientes desde hace casi 10 años", dijo la edil.
Fue José Manuel Latre, alcalde de Sigüenza, quien abrió el acto afirmando que quienes iban a recibir el premio "son todas personas celosas de su trabajo, que no dejan de lado el trato cercano y familiar". Posteriormente, el público presenció un montaje con imágenes de esa labor diaria que mencionaba el regidor. Lo habían preparado con mimo Almudena del Pino y Marta Hernández, sicóloga y abogada del Centro de la Mujer, respectivamente.
A continuación de la presentación de credenciales, dos representantes de cada centro subieron a recoger su distinción, que tomó la forma de un bonito trofeo. Los entregaron sucesivamente diferentes miembros de la corporación municipal. El momento más emotivo de la Mención llegó cuando llegó el turno de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. "Ellas fueron las pioneras de la atención a personas mayores, enfermos y discapacitados, sin contar con recurso alguno. Son muchas las generaciones de seguntinos que hemos presenciado su trayectoria. Significan algo muy especial para nuestra ciudad", dijo Toro. Fue Sor Gloria quien recogió el premio. La religiosa afirmó que para su congregación tenía doble valor: "Por un lado supone una reválida de gratitud, de estímulo y ánimo para seguir adelante con nuestro trabajo cotidiano, y por otro, nos llega de la gente que tenemos más cerca, de nuestros vecinos de la ciudad de Sigüenza".
Ana Arteaga, coordinadora de servicios periféricos del Instituto de la Mujer en Guadalajara, estuvo presente en el acto. Arteaga afirmó en El Pósito que existe un compromiso del gobierno regional para fomentar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, que es la única manera de impulsar el desarrollo y crecimiento de nuestros pueblos, y en suma, de la sociedad".
Cerró el acto el alcalde de Sigüenza, José Manuel Latre, pidiendo un aplauso público para todos los premiados y premiadas, y también para las trabajadoras del Centro de la Mujer, y recordando que "aunque a veces nuestros abuelos tienen dificultades para reconocernos, nosotros sí sabemos quiénes son ellos y lo que han hecho por nosotros".
Las credenciales de las residencias seguntinas
El Hogar San José y la Residencia Saturnino López Novoa son las dos más antiguas. La Residencia Saturnino López Novoa comenzó como asilo de beneficencia en el año 1890, atendido por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, congregación fundada por el Padre Saturnino López Novoa, seguntino de pro, en 1873. De ahí el nombre de la residencia, que comenzó acogiendo a 12 ancianos y que hoy cuenta con 150 plazas, ocupadas por 86 mujeres y 64 hombres. Todas estas personas mayores son atendidas por las 9 monjas que configuran la congregación y las 37 empleados.
Las Doroteas, como es popularmente conocido en Sigüenza el llamado Hogar de San José, entró en funcionamiento en 1960, pero no fue siempre Residencia para Mayores. También acogió a mujeres que quisieron estudiar. Empezaron con 30 internas y llegaron a tener hasta 72. La mayoría, según comenta Sor Teresina, la religiosa que se encargaba de estas labores y más antigua de las actuales monjas, "eran buenas y muy estudiosas". Además también organizaban actividades en verano para niñas del pueblo. Cuando daba comienzo el curso escolar, organizaban una exposición con todos los trabajos. En este momento acogen a 6 señoras mayores y 5 sacerdotes. Hoy llevan a cabo la labor las tres monjas de la congregación de las Doroteas, que habitan un precioso edificio de mediados del S.XVII.
Las otras dos instituciones son ya modernas, pues San Mateo abrió sus puertas en 1995, aunque también el edificio tiene mucha historia, pues comenzó siendo un Hospital en 1197. Comenzó su andadura con 50 personas residentes hasta alcanzar hoy las 120 plazas, contando con un personal para atenderlas de 51 profesionales, 8 hombres y 43 mujeres. Aunque el número de residentes ha aumentado considerablemente, se enorgullecen de seguir ofreciendo un trato directo, cercano y familiar, que hace que sus mayores se consideren como en casa.
En último lugar, se puso en marcha la Residencia "Alameda", año 2008, contando con un total de 120 residentes: 76 mujeres y 44 hombres, que son atendidas de igual manera que en las anteriores por un personal formado y motivado en su trabajo, compuesto por 51 mujeres y 5 hombres.