Hispania Nostra saca al monasterio de Bonaval de la Lista Roja del Patrimonio
Las obras de la primera fase de adecuación y consolidación del monasterio han permitido a esta entidad sin ánimo de lucro sacarlo de su "Lista Roja de Patrimonio' e introducirlo en la 'Lista Verde'
domingo 08 de julio de 2018, 13:21h
Hispania Nostra ha sacado de la 'Lista Roja de Patrimonio' al monasterio cisterciense de Bonaval de Retiendas (Guadalajara), tras haber finalizado la primera de las cuatro fases previstas de restauración, lo que ha permitido abrir el edificio al público para ser visitado.
Las obras de la primera fase de adecuación y consolidación del monasterio han permitido a esta entidad sin ánimo de lucro sacarlo de su "Lista Roja de Patrimonio' e introducirlo en la 'Lista Verde', según ha informado en una nota de prensa Hispania Nostra.
Asimismo, ha puntualizado que en el desarrollo de la primera fase de las obras se han consolidado las estructuras, retirado la vegetación, controlado las humedades y permeabilizado el monasterio cisterciense del siglo XII, al que Hispania Nostra ha definido como "un monumento capital en la historia de la arquitectura medieval de España".
En 1164, el rey Alfonso VIII de Castilla entregó el valle en que actualmente se asienta el monasterio a un grupo de monjes cistercienses para que lo habitasen velut precarium (de prestado), repoblaran la zona y sirvieran como barrera ante una posible invasión musulmana, aunque en estos tiempos la Reconquista había avanzado y las fronteras con los musulmanes estaba bastante lejos.
Los primeros monjes vinieron del monasterio de Santa María de Valbuena, de Valladolid y probablemente del monasterio homónimo francés de Notre-Dame de Bonneval.
En 1175, en el monasterio de Fitero, Alfonso VIII cedió totalmente Bonaval a la orden y determinó las posesiones del monasterio.
Bonaval es uno de los cenobios medievales de la Orden del Císter más meridionales, de estilo románico muy evolucionado hacia formas góticas, todo dentro de las normas cistercienses.
La iglesia debió iniciarse antes de bien entrado el siglo XIII. Más tarde, en el siglo XVII, sufrió severas reformas.
El embate del trienio liberal acabó en 1821 con el cenobio, ya que los monjes se retiraron a su casa madre, en Toledo, y el edificio fue vendido a particulares, "que no se preocuparon en absoluto de su conservación, viniendo a la ruina en que hoy le vemos", según Hispania Nostra.