El sábado en Brihuega, en la plaza del Coso, y después de un pequeño pasacalles de todas y cada una de las bandas participantes en este encuentro desde el convento de San José,volvieron a renovar sus lazos de amistad con el intercambio de las cintas que llevaranen sus estandartes. También hubo regalos por parte del ayuntamiento.
Al acabar, todas las bandas unidas en una sola enfilaron rumbo al parque de María Cristina al ritmo del pasodoble Amparito Roca.En el parque, los más de 190 músicos interpretaron un concierto dividido en tres partes.
La primera de ellas fueron piezas representativas de cada una de las bandas: Un saludo a Santa Bárbara de la banda de Muggia, Aires jadraqueños de Jadraque, Mercedes Gentil de Agudo y Bodas de plata y platillos de Colmenar Viejo. El azar quiso que Mercedes gentil, que fue saxofonista en la banda de Agudo y a quien está dirigido el pasodoble que lleva su nombre, se casaba este mismo día.
La segunda parte, y como símbolo de la unión y de la contribución de la música a una mejor convivencia humana, se interpretaron piezas de las tres culturas: judía, musulmana y cristiana; estas fueron: Klezmania, En un mercado persa y Aleluya.
La última parte se interpretaron piezas de banda, la zarzuela La alegría de la huerta, y piezas más actuales como Concierto de amor, y Sinfonía y Mambo número 5, fusión de la sinfonía nº 5 de Beethoven con el mambo nº 5 del músico cubano Dámaso Pérez Prado realizada por el compositor japonés Akira Miyagawa con talento y sin romper la personalidad de las dos creaciones por separado.
El concierto finalizó con el bis Amigos para siempre, que es lo que pretendemos en el fondo con este tipo de encuentros. Al día siguiente, en la iglesia de San Marcos de Toledo, ciudad de las tres culturas, se repitió el concierto por las bandas hermanadas.
Y de la misma forma que tras el Pobre de mí en Pamplona, ya estamos contando los días que quedan para volvernos a ver.