Con motivo de la celebración este viernes del Día del Daño Cerebral Adquirido, pacientes, familiares y trabajadores del Instituto de Enfermedades Neurológicas de Castilla-La Mancha (IEN), han organizado diversas actividades, con una marcha que recorrerá el centro de Guadalajara como acto principal.
Durante la presentación estos actos, la directora médico de la Gerencia del Área Integrada de Guadalajara, Dolores Retuerta, ha apuntado al objetivo de visibilizar el daño cerebral, a sus pacientes y el trabajo que se realiza para su recuperación integral, “profundizando en los aspectos de prevención y rehabilitación”.
Para ello, ha detallado la supervisora del área de Medicina Física y Rehabilitación, María Teresa Revuelta, “todo el centro ha colaborado en la organización de este día” en el que una marcha recorrerá el centro de Guadalajara, partiendo a las 10:30 desde el IEN hasta la plaza de Santo Domingo, con una parada en el salón de actos de la Delegación de la Junta donde se desarrollará un pequeño acto informativo.
Se ha confirmado la presencia en la marcha de alrededor de 200 pacientes que han pasado por la Unidad de Daño Cerebral, “un alto número que demuestra que están contentos con lo que han conseguido y se sienten parte de esta unidad”, ha señalado la doctora Lourdes Gil Fraguas, jefa del servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Área de Guadalajara.
Al finalizar la marcha, y junto a miembros de la Asociación de Daño Cerebral (ADACE) se leerá un manifiesto y se informará a la población sobre qué es el daño cerebral, cómo se produce, cómo actuar y cómo prevenirlo. Finalmente, pacientes, familiares y trabajadores regresarán al IEN donde se celebrará una comida de fraternidad y encuentro entre las personas que han pasado por la Unidad de Daño Cerebral.
El jefe de Neurología del Área Integrada de Guadalajara, Antonio Yusta, ha destacado que en España hay 420.000 personas afectadas por daño cerebral adquirido y cada año se dan 100.000 nuevos casos. La causa principal, hasta en el 80 por ciento de los casos, se relaciona con un accidente cerebrovascular, gracias a que las campañas de prevención de accidentes de tráfico han reducido el número de casos relacionados con traumatismos.
Las secuelas derivadas de un daño cerebral suponen un importante coste económico, social y humano para estos pacientes y sus familias y, en este sentido, el doctor Yusta ha valorado el trabajo que se realiza en el IEN. “Si una vida es salvada merece ser vivida con dignidad”, y estos centros de alta especialización “pretenden que puedan llevar una vida independiente y reincorporarse a una vida social y laboral”, ha aseverado.
Lourdes Gil Fraguas ha destacado que la edad media de los pacientes se sitúa en 51 años, “una etapa de auge, y el daño frena al paciente y a su familia”. Por este motivo, “el IEN es una unidad de referencia y excelencia, con profesionales que trabajan coordinadamente para que los pacientes tengan un tratamiento intensivo individual y objetivos planeados desde el primer momento”, garantizando una continuidad asistencial y atención multidisciplinar, con programas centrados en cada persona para que ésta “se reincorpore con la máxima autonomía y funcionalidad posible en su entorno y sea participativo”.
La doctora Gil ha puesto el acento en que este trabajo tiene varios pilares: los pacientes y sus familiares, el trabajo multidisciplinar y coordinado y el papel que desempeñan los voluntarios, pacientes que fueron dados de alta y trabajan con los pacientes actuales porque “es importante que éstos vean su evolución, porque al principio están desorientados y deprimidos con lo que les ha pasado”. Finalmente, ha destacado la aportación de la nueva tecnología, con programas de marcha como el Lokomat o los programas de realidad virtual y cognitivos.
El Instituto de Enfermedades Neurológicas ha recibido, desde su puesta en marcha en 2011, más de 500 solicitudes de ingreso de todas las provincias castellano-manchegas y se ha atendido a 334 pacientes, con una estancia media de cinco a seis meses, según ha detallado la médico rehabilitadora Cristina Varela.
Por su parte, la neuróloga María Jesús Sánchez Palomo ha explicado que los pacientes llegan con importantes limitaciones físicas que pueden afectar a su movimiento, comunicación o deglución o presentar alteraciones cognitivas, y la rehabilitación consigue importantes avances o se les enseñan recursos para que su vida sea lo más autónoma posible. Al tratarse de una unidad de alto rendimiento con un tratamiento intensivo, resulta clave la plasticidad cerebral del paciente y éste debe ser capaz de participar activamente en su recuperación. Todo ello, ha señalado, contribuye a que tengan otro futuro, pues la mayoría regresa a su domicilio y son muy pocos los que finalmente tienen que recurrir a una institución.