La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) exige a la Consejería de Educación, Cultura y Deportes que mejore las condiciones laborales de los fisioterapeutas que dependen de su administración, un colectivo que por su relación contractual es despedido al final de cada curso escolar y que además realiza su labor en situaciones precarias.
La Consejería mantiene en la actualidad unos 70 fisioterapeutas y sólo los ubicados en Centros de Educación Especial disfrutan de una jornada ordinaria durante todo el año; el resto es despedido cuando termina el curso escolar debiendo esperar hasta el próximo curso para saber si tendrán o no trabajo, lo que supone un agravio comparativo dentro del propio grupo profesional, así como con los fisioterapeutas dependientes de la Consejería de Bienestar Social. La mayoría de estos trabajadores llevan más de 15 años trabajando en la Administración regional encadenando contratos temporales.
Estos profesionales, que desarrollan su labor en varios colegios, se ven obligados a disponer de vehículo propio en el desarrollo de sus funciones realizando incluso más de 150 kilómetros diarios dependiendo de la zona de asignación y llegando a atender cuatro centros en una misma jornada. En la zona de Molina de Aragón, en Guadalajara, se recorren, más de 700 kilómetros semanales para atender 9 centros, o en la zona de San Clemente, en Cuenca, el desplazamiento conlleva 665 kilómetros semanales divididos en 14 centros.
También hay que añadir que aunque algunas de las salas donde los fisioterapeutas desarrollan su terapia son totalmente correctas, la gran mayoría son indignas tanto para el alumno como para el profesional, con ausencia de camillas y material adecuado que obligan a poner colchonetas encima de pupitres para atender a alumnos con necesidades motoras muy severas. Otro de los factores es la falta de tiempo para atender correctamente a los alumnos por el continuado desplazamiento a diferentes centros.
CSIF reclama una evaluación de riesgos laborales, ya que este colectivo está más expuesto a sufrir accidentes por la distancia entre los puntos donde desarrollan su tarea, así como el manejo de cargas y condiciones del espacio. También padece más riesgo de sufrir lesiones musculo-esqueléticas derivadas de la naturaleza de su trabajo: en muy pocos centros hay camillas regulables en altura, por lo que se trabaja durante muchas horas en colchonetas en el suelo con muchas cargas de pesos al no disponer de grúas suficientes.
A ello hay que sumar la necesidad de cumplir unas condiciones mínimas de espacio, material, higiene y confortabilidad en los lugares donde desarrollan su trabajo, así como reducir los desplazamientos.
“Desde CSIF entendemos que es necesario dar estabilidad al colectivo, delimitando las zonas de itinerancia e incluyendo las plazas en la plantilla habitual de la consejería”.