Este domingo, Almonacid de Zorita tapizará de colorido sus calles con las alfombras del Corpus
Organizada por la Hermandad del Santísimo Sacramento, la más antigua de la villa, es una de las fiestas tradicionales más bonitas y entrañables del año
sábado 22 de junio de 2019, 12:58h
La festividad del Corpuses una de las celebracionesmás arraigadasde la villa de Almonacid de Zorita. Su origen se remonta a hace unos cuarenta años,coincidiendo con la llegada a la localidad alcarreña de la esposa del médico del pueblo, natural de Canarias, se comenzaron a elaborar unas bellas alfombras de colores, confeccionadas con diversos materiales, para decorar las calles. El historiador popular de Almonacid, Román López, fija en 1978 el comienzo del recorrido de la procesión del Corpus tal y como hoy la conocemos. Todo el pueblo de Almonacid quedó unido ese año por una alfombra de colores ininterrumpida.
La Hermandad del Santísimo Sacramento, la cofradía más antigua de la villa almonacileña, es la encargada de organizar la fiesta del Corpus, con el patrocinio del Ayuntamiento de Almonacid de Zorita y la Diputación Provincial.En 2019, la celebración del Corpus tendrá lugar el próximo domingo, día 23 de junio. Tras la eucaristía, se iniciará la procesión con la Custodia, bajo palio, portando el cuerpo de Cristo. El orden del desfile se mantiene con el paso de los años, encabezado por el estandarte de la Hermandad del Santísimo Sacramento, bien visible su distintivo y escapulario. Le seguirán el resto de las cofradías de la villa, que abrigan a la Custodia con dos filas de sus miembros portando antorchas encendidas.
El recorrido de la procesión atraviesa, como todos los años, el núcleo antiguo de Almonacid, con salida y llegada en la Iglesia de Santo Domingo de Silos. Sus vecinos, organizados por calles y barrios, reciben a la comitiva con ocho altares distribuidos en diferentes lugares del itinerario, con el corazón de Jesús como verdadero protagonista, que adornan con imágenes, colchas, alfombras de colores en el suelo y mantones en los balcones y ventanas. El último altar, privilegio que se reserva al hermano mayor de la Cofradía, está ubicado frente a la portada de la Iglesia.
En los años setenta del pasado siglo y unos años después de la recuperación de la tradición del Corpus, llegó a Almonacid el médico, José María Madrigal, que llegaría a ser alcalde. Le acompañaba su esposa, Engracia, que relanzó la tradición de las alfombras del Corpus. La mujer, de origen canario, trasladó a la villa alcarreña las costumbres de su tierra natal. De este modo, los barrios empezaron a cuidar más sus alfombras, extendiéndolas por las calles. Inicialmente, las embellecían con césped recién cortado, posos de café, cáscara de huevo, arena y pétalos de flores. Posteriormente, cuando la dimensión de la festividad adquirió más importancia, se decoraban con serrín teñido. De igual manera, en sus comienzos bastaban unos baldes para la coloración, al ampliarse la extensión de la superficie a ornamentar se empezó a hacer con hormigoneras.
En la actualidad, las alfombras multicolores conservan materiales utilizados años atrás, aunque ahora predominan el serrín y la viruta de madera teñidos (en total se emplean unas tres toneladas de material).La creatividad de los vecinos aumenta cada año, con el diseño de figuras y motivos de gran vistosidad, con una infinita gama de colores que destaca sobre el asfalto y adoquines de las calles por los que transcurre la procesión, en total unos dos kilómetros hermosamente adornados. Suelen ser estampas simétricas y geométricas, florales, religiosas y otros motivos ornamentales, pero cada edición muestra bocetos diferentes y llamativas sorpresas, al igual que ocurre con las alfombras principales que decoran cada altar.
Este alfombrado casi inacabable engalana el recorrido completo de la procesión, ensamblando los ocho altares situados en las calles de Cervantes, Mayor, a la altura del Centro de Mayores, San Sebastián, de nuevo Mayor, en el cruce con la calle Virgen de la Luz y Gobernador, Plaza del Coso, dos en la calle del Trinquete y el último, el ya mencionado, frente a la iglesia.
La festividad del Corpus se remonta históricamente al siglo XIII. La tradición de decorar las calles se fue olvidando con el paso del tiempo hasta que fue recuperada en el año 1974. Hoy, más de cuarenta años después, la fiesta goza de gran arraigo entre los vecinos que, de forma ininterrumpida desde entonces, acicalan sus calles en honor al Santísimo Sacramento.Los encargados de preparar las alfombras trabajan durante el fin de semana, para que todo esté a punto para los actos del domingo.
Cada calle organiza a sus vecinos. Los barrios comienzan a teñir el material, se marcan con tiza en el suelo las líneas donde irán las alfombras y se pintan bocetos de cómo serán los altares. Son muchos los almorcileños que trabajan a pleno rendimiento toda la noche para que, con las primeras luces del alba del domingo del Corpus, las alfombras estén listas. A media mañana, la villa alcarreña brilla, hermosísima, con sus calles tapizadas de una gama infinita de colores.
Una vez acabado el trabajo, también resulta necesario cuidarlo, mimarlo, para que al paso de la procesión continúe perfecto, regándolo para mantener el color original. Los turistas incluso madrugan para contemplar, con estupefacción y embeleso, las labores de preparación, colaborando, en muchos casos, con las propias personas que las realizan.
Todos los vecinos participan en los preparativos de esta fiesta popular.Aparte del alfombrado por las calles que quedan unidas por un tapiz de colores y la construcción de los ocho altares, engalanan sus fachadas y balcones con tapices y mantones, convirtiendo a Almonacid de Zorita en una enorme exposición al aire libre que acoge cada año a un mayor número de visitantes atraídos por esta fiesta turística de interés provincial de gran relevancia para el municipio y la comarca.