Un brillante concierto de violín y violonchelo protagonizado por el dúo Valeria Zorina y Alejandro Biancotti, respectivamente, cerró anoche el año musical de la ciudad de Sigüenza, y le puso, a su vez, el broche de oro al festival de música de cámara Musigüenza 2019, que organiza Bell´Arte Europa, con la colaboración del Ayuntamiento de Sigüenza, entre otros patrocinadores.
Para hacerlo, eligieron un programa compuesto originariamente para estas dos voces, “entre la enorme constelación de obras, originalmente escritas para violín y violoncelo, que no son transcripciones o arreglos de otras partituras para estos instrumentos”, explicaba Zorina.
El concierto arrancaba con la 'Sonata en Si Menor Op. 2 n.5' de Antonio Vivaldi, una obra que “se presta a la improvisación, porque, de otra manera, no luce tanto”, explicaba la violinista. “Es una sonata escrita para violín solo, con bajo continuo, de manera que el violoncelo doblaba la mano izquierda del clavicémbalo”, añadía el contrabajista. De hecho y según reconocían al final del concierto, el repertorio del concierto de ayer requiere de pequeños ajustes e improvisación, “en función de la acústica, de la velocidad a la que se toca o del momento”, coincidían.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el volumen de obras para estos dos instrumentos se multiplicó, debido al éxito de la fórmula sonora. Por eso, el dúo interpretó obras de ambos siglos en el resto del concierto, como 'La Passacaglia' de G.F. Händel, versionada por Halvorsen, “que aporta la visión romántica de una obra barroca de Händel” explicaba Biancotti.
La obra clave del programa, según Zorina, fue el 'Dúo, Op. 7' de Zoltan Kodaly, “que no es nada fácil de escuchar para un público no iniciado”. Pese a ello, “ha habido una conexión entre el escenario y la sala. Ha funcionado. La relación fue intensa”, destacaba la violinista. Fue compuesto en el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914), pero no se presentó en público hasta una década más tarde cuando se escuchó en Salzburgo, en 1924. Un siglo después, se ha convertido en una piedra angular del repertorio para el dúo de violín y violonchelo.
El concierto lo completaron seis de los ochos duetos que componen el 'Duetti Op.39' de R. Glière. Datan de 1909. Fueron compuestos mientras el autor fue profesor en el Instituto Gnesin de Berlín. Su carrera profesional en el momento de la composición de los duetos (así como el título del n. ° 8: Estudio) podría indicar que fueron obras escritas con fines didácticos, pero desde las primeras notas está claro que son mucho más que eso, dotadas de una gran variedad y dominio por parte del compositor de las formas pequeñas.
“Con ocho cuerdas, las de violín y violochelo, llegamos a sonar sinfónicamente, pero también volvemos a la música de cámara, fina y transparente, cuando la partitura lo requiere”, explicaba Zorina. El espectro sonoro es muy grande. Desde la cuerda grave del violoncelo, tan grave, hasta el sobreagudo del violín, se cubren muchas octavas, lo que confiere al dúo la posibilidad de interpretar personajes infinitos”, añadía el chelista.
El dúo no conocía Sigüenza, pero “hemos visto que tiene un carácter muy fuerte”, señalaban antes de pasear por la ciudad. Zorina-Biancotti tienen ya programados multitud de conciertos por toda Europa de cara al año 2020. Ana Blasco, concejala de Cultura, y José Antonio Arranz, de Turismo, estuvieron presentes en el concierto. “Ha sido una despedida musical del año plena de sensibilidad y belleza, y por lo tanto, un magnífico preludio de lo que será 2020”, señalaba Blasco