La mujer que secuestró a un bebé en Guadalajara declara no saber por qué lo hizo
martes 14 de julio de 2020, 13:31h
La mujer que en febrero de 2019 secuestró a un bebé recién nacido del Hospital Universitario de Guadalajara ha declarado este martes que no sabe por qué lo hizo y ha afirmado que asume y acepta las consecuencias.
Así lo ha señalado durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Guadalajara y en el que la Fiscalía solicita una pena de cinco años y nueve meses de cárcel por un delito de detención ilegal agravado por realizarlo con simulación de autoridad o función pública, al hacerse pasar por una pediatra, y por ser la víctima un menor de edad.
La acusada ha declarado que las imágenes de lo ocurrido que tiene en su cabeza es lo que ha visto en televisión y ha asegurado que no recuerda ni a los padres ni cuándo estuvo en el Hospital, solo cuando fue a la farmacia y el momento en el que llegó la Policía Nacional a su casa.
"Es como si mi cabeza hubiera borrado lo que hice desde que fui al Hospital hasta que llegó la Policía", ha señalado a la fiscal.
Preguntada por su defensa sobre si era consciente de lo que hacía cuando se llevó al niño, la acusada ha contestado: "Creo que no, que nadie es capaz de actuar así. Yo asumo las consecuencias y las acepto".
Asimismo ha afirmado que a su primera abogada le manifestó su interés en pedir perdón a los padres, pero que ésta le recomendó no hacerlo, porque sería reconocer su culpabilidad.
Asimismo ha justificado su actuación ante la fiscal asegurando que había dado a luz días antes en el Hospital de La Paz y perdió a su bebé, a lo que la representante del ministerio público ha señalado que no existe ningún historial en dicho centro sanitario.
A preguntas de la defensa, la acusada ha reconocido que le había sido diagnosticado un trastorno histérico de personalidad, por el que recibió tratamiento farmacológico y ayuda mental durante años y que ya ha dejado, “porque me creía fuerte y no lo era”, ha señalado, al tiempo que ha manifestado haber intentado suicidarse en ocho ocasiones.
A preguntas de su abogado sobre qué pediría si la condenasen, la acusada ha indicado que le den tratamiento psiquiátrico en prisión, “más allá de atiborrarme a pastillas. Un tratamiento para que empiece de cero y lo saque de adentro”.
Durante la vista han declarado como testigos los padres del bebé, quienes han narrado que la acusada entró en la habitación diciendo ser una pediatra, provista de una bata de sanitario y preguntándole si le habían realizado la prueba del talón y del esfuerzo.
Ambos le manifestaron que no se le había realizado la del esfuerzo, momento en el que ella se lo llevó alegando que se le iba a practicar dicha prueba.
El padre ha señalado que le extrañó que no le dijeran a la madre que la acompañara, como en otras ocasiones cuando se habían llevado al bebé, lo que le hizo sospechar y salió tras ella viendo como desaparecía por las escaleras.
Tras esos hechos, el padre se dirigió a las enfermeras, quienes le dijeron que no podía ser una pediatra y saltaron todas las alarmas; por su parte, la madre del pequeño ha afirmado estar en tratamiento psicológico desde entonces, al no haber superado los hechos.
También ha declarado como testigo la farmaceútica de la farmacia donde se acercó a comprar leche y que fue la que dio la voz de alarma, tras informarle la Policía Nacional del secuestro de un bebé.
“Me preguntaron y justo les dije que acababa de venir una mujer que nos resultó sospechosa porque tenía mucha prisa y no sabía ni la edad del niño, ni quería saber el precio de la leche ni si era buena. Fue una conversación rara, pero no pensamos nada hasta que nos llamó la Policía”, ha relatado la farmacéutica.
Por su parte, una amiga de la acusada ha relatado que el día de los hechos iba a acompañarla a La Paz a recoger al bebé que supuestamente había tenido, que estaba en la incubadora, pero al llegar a su casa la acusada le dijo que se lo había traído una tía que trabajaba en ese centro hospitalario.
Esta amiga ha relatado que le creyó en todo momento y ha señalado que “siempre trató muy bien al niño” y que creía que “solo quería que lo viera su pareja con la que había discutido”.
Los hechos que se juzgan tuvieron lugar el 2 de febrero de 2019 cuando la hoy acusada, de 47 años, fue detenida tras secuestrar un bebé recién nacido del Hospital de Guadalajara.
El escrito de la Fiscalía considera que “no concurre circunstancia alguna modificativa de la responsabilidad criminal de la acusada”, tras haber sido valorada por médicos forenses especialistas en psicología y psiquiatría.
El bebé, un varón de apenas tres días de vida, que no sufrió ningún daño durante las tres horas del secuestro, fue entregado en buen estado de salud a sus padres.
El juicio quedará visto para sentencia previsiblemente este martes.