La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 ha cambiado el guion de nuestras vidas, pero a la vez nos está ofreciendo la oportunidad de explorar nuevos caminos que el ritmo y la inercia con la que vivíamos nos impedía ver o dedicarles más tiempo. Es el caso concreto de la Escuela de Folklore de la Diputación de Guadalajara que desde hace meses mantiene su actividad a pesar de que no cuenta con alumnos y alumnas.
Los profesores y profesoras del centro han encontrado su inspiración para este tiempo de dificultades en la preparación de una futura exposición itinerante que viajará por los pueblos de la provincia de Guadalajara para mostrar la cultura tradicional de nuestra tierra.
Francisco Javier Platas es el nuevo director de la escuela y está viviendo esta etapa con ilusión. “Nos hemos querido reinventar y aprovechar este parón para la realización de piezas propias para motivar a los profesores en la reproducción de objetos originales de la provincia y así, relanzar el folklore de Guadalajara”.
“A pesar de las circunstancias que vivimos hemos hecho todo lo posible para sobreponernos a la situación. Por encima de las dificultades creemos que tenemos una oportunidad ahora en la escuela de Folklore de trabajar en esa futura exposición que divulgará nuestra cultura tradicional y la perpetuará en el tiempo”, ha valorado la diputada delegada del centro, Carmen Gil.
La Escuela de Folklore trabaja con la vista puesta en la exposición
Y en esa tare a están los 13 docentes -seis artesanos y siete en la vertiente musical-. El trabajo principalmente se está centrando en la documentación a través de las distintas materias que se imparten. Chus Benito es la encargada de enseñar las labores de esmaltista en el centro, pero ahora está reproduciendo el azulejo de la solana y el arrimadero del Palacio de los Duques de Medinaceli para mostrar una colección en esa futura exposición.
Luis Larriba se encarga de divulgar el arte de la alfarería. Con mucha pasión ha montado una fabrica de vasijas que copian el arte y el diseño de las recuperadas en los múltiples yacimientos arqueológicos con los que contamos en la provincia.
Con Berta Bucán, la experta en cestería, también se está trabajando en realizar pequeñas piezas para ambientar el belén napolitano que presidirá el salón del Centro San José de la Diputación de Guadalajara estas navidades. Igualmente, Berta está confeccionando múltiples objetos para la exposición aplicando los distintos materiales y técnicas que están documentadas y se han transmitido en la tierra.
En el apartado de costura y textil, las profesoras están empeñando su tiempo también en la recuperación de la cultura tradicional. Los trajes típicos de las fiestas de los pueblos son el terreno donde mejor se mueve Leticia Martínez, que hoy se encuentra arreglando los ropajes de los maceros de la Institución Provincial. Ester Ródenas por su parte, es la responsable de que no se pierda el encaje de bolillos.
La Diputación está restaurando el despacho de Layna Serrano
En el taller de restauración etnográfica también se está haciendo encaje de bolillos, pero por la tarea compleja y difícil que está haciendo Mari Luz Vadillo. La profesora lleva meses restaurando el despacho del médico e historiador de la provincia de Guadalajara Francisco Layna Serrano que está cedido a la Diputación de Guadalajara y que se encontraba en muy malas condiciones.
La Covid-19 tampoco ha bajado el volumen de la música
La pandemia no ha interrumpido las clases de baile de la Sara Moratilla. Las redes sociales, en concreto YouTube ha puesto el escenario para enseñar las danzas típicas, los trajes o documentar hasta los distintos peinados.
Los músicos por su parte se encuentran recopilando partituras de antiguas coplas o cantares que corrían el riego de desaparecer, y que hoy gracias a este trabajo perdurarán en el archivo de la Diputación de Guadalajara