Elia Gutiérrez Mozo, arquitecta colegiada en la Demarcación de Albacete del COACM, ciudad donde reside, y profesora titular de Composición Arquitectónica en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Alicante, es una de las investigadoras del equipo que trabaja en el Proyecto MuWo. La finalidad de esta iniciativa es dar a conocer y poner en valor la labor de las mujeres en el mundo de la Arquitectura entre los años 1965 y 2000 en España. “No se trata de construir una historia que anule la anterior ni de escribir una historia alternativa, sino de hacer más rica, más plural, y más cierta, la historia canónica de la arquitectura”, aclara la profesora Gutiérrez.
MuWo es un proyecto de investigación nacional, concedido por el gobierno de España, que nace en un contexto de reivindicación de la mujer como activo fundamental en la vida profesional y cultural de nuestro país. A raíz del nombramiento en el año 2004 de Matilde Ucelay Maórtua, primera mujer arquitecta de España, como Premio Nacional de Arquitectura, el Ministerio propició la elaboración de biografías de arquitectas cuyas obras, pese a verse ellas obligadas a mantenerse en un segundo plano durante toda su carrera, son un referente en la cultura arquitectónica moderna y posmoderna española.
Uno de los cambios más relevantes de la Arquitectura en la segunda mitad del siglo XX fue la progresiva incorporación de la mujer a los estudios universitarios de Arquitectura y al pleno ejercicio de una profesión tradicionalmente masculina, teniendo en cuenta que los cambios políticos, sociales, legislativos y culturales ocurridos en ese periodo de tiempo afectaron en gran medida a la vida de todas las mujeres.
Sin embargo, aunque actualmente en las aulas de las escuelas de arquitectura españolas el número de alumnas supera en muchos casos al de alumnos, según el Consejo de Arquitectos Europeo, la media española de arquitectas registradas para ejercer la profesión es tan solo del 35%, y la brecha salarial, que afecta sobre todo a mujeres a partir de los 35 años, es del 12%. Y la situación es similar en toda Europa, donde la media de la brecha salarial es del 25%.
“En el marco de la reivindicación del papel de la mujer en la Arquitectura hay una línea, en la que se encuadra nuestro proyecto, basada en las revisiones historiográficas, que consiste en mirar con perspectiva crítica la historia canónica de la arquitectura, que ha sido siempre construida por varones, a mayor gloria de sí mismos, e ignorando el trabajo de las mujeres, que quedaban relegadas a un segundo plano como ayudantes o asistentes”, afirma Elia Gutiérrez. Así, una de las labores más importantes de esta investigación y del proyecto MuWo es la de recuperar las biografías y trayectorias profesionales de aquellas mujeres que se mantuvieron en la sombra, “no solo para otorgarles la importancia que merecen sino para que las niñas y jóvenes de nuestros días, tengan referentes en los que verse reflejadas dentro de la profesión”, añade.
El núcleo principal de investigadores de MuWo está compuesto por cinco arquitectos y arquitectas que ostentan distintos cargos en diferentes universidades españolas. Lucía C. Pérez Moreno, investigadora principal, pertenece a la Universidad de Zaragoza; Silvia Blanco a la Universidad de San Jorge en Galicia; Ana María Fernández a la Universidad de Oviedo, mientras que tanto José Parra como Elia Gutiérrez desarrollan su labor docente en la Universidad de Alicante. “Que tres de los miembros que formamos el equipo de investigación seamos de las universidades de Zaragoza y de Alicante viene a señalar que el área este y sureste de España tiene un peso muy relevante dentro del proyecto”, explica Elia Gutiérrez, que se ocupa de la investigación en las regiones de Murcia, Valencia y Castilla-La Mancha. “Nuestra labor consiste en escribir la primera historia de la Arquitectura española vista desde la perspectiva de las mujeres. Qué estaban haciendo, dónde trabajaron y en qué condiciones, cuáles eran sus experiencias y sus percepciones. Todo ello, simplemente para contribuir al enriquecimiento de una disciplina que es tan diversa como las personas que la ejercen”, continúa Gutiérrez.
En este proyecto de investigación destaca que todos estos conceptos se incorporan como valores positivos. “Ha llegado el momento inaplazable de reivindicar una arquitectura inclusiva, que tenga en cuenta las condiciones y características de todas las personas, una arquitectura para acompañar la vida, posibilitar todas las oportunidades y buscar el bienestar de todas las personas: una arquitectura cuidada, cuidadosa y cuidadora”.
En opinión de Elia Gutiérrez, hasta ahora, los medios de comunicación, que en particular en Arquitectura son las revistas profesionales, no dejan de atender a unos determinados intereses, que son legítimos “pero que hay que cuestionar, si realmente queremos tener un conocimiento profundo y no sesgado de la realidad”, considera la investigadora. La investigación requiere mucho trabajo de campo para conocer, contactar e incluso animar a las arquitectas a que muestren sus obras. Y es que “detrás de muchas de estas mujeres se encuentran historias de un esfuerzo ímprobo y de superación de grandes dificultades con enorme dignidad”, explica la profesora.
Por ello, la investigadora reitera la invitación a las arquitectas castellano-manchegas a participar y colaborar en este proyecto, enviando sus trabajos a [email protected]. Algunas ya lo han hecho, y “es muy estimulante descubrir sus aportaciones, en particular, las producidas desde la administración, modalidad laboral preferida por las arquitectas al suponer mayores facilidades para la conciliación de la vida personal, familiar y profesional”, afirma. Cabe destacar la obra de pioneras en nuestra región como la de las compañeras que han desempeñado su labor al frente de Diputaciones Provinciales, en la Oficina de Gestión de Infraestructuras de la Universidad de Castilla-La Mancha, en la Junta de Comunidades, en ayuntamientos, en institutos de educación secundaria y en la universidad, redactando planeamiento a todas las escalas o acometiendo rehabilitaciones de gran interés y con enorme sensibilidad.
Para Elia Gutiérrez, la sociedad ha avanzado mucho en materia de igualdad y conciliación pero tanto la crisis económica de 2008 como la actual crisis sanitaria han puesto de manifiesto la fragilidad de las conquistas sociales conseguidas por la mujer, ya que en el caso de tener que renunciar a la vida laboral suele ser la mujer quien deja su trabajo. “Ahora más que nunca es el momento de reivindicar una igualdad de oportunidades efectiva y real entre mujeres y hombres”.
En los años 70, en el mundo anglosajón, ya hay una serie de estudios que van dando visibilidad a los aportes de la mujer, más que sobre la arquitectura, sobre la ciudad. Un ejemplo de ello es Jane Jacobs, divulgadora científica y teórica del urbanismo, cuyos trabajos versan sobre la importancia de devolver la ciudad al ciudadano o la importancia de las aceras para la vida convivida. En España, esta tendencia llegó a finales de los 90. Hasta este momento, las ciudades se proyectaban siguiendo modelos heteronormativos y androcéntricos que buscaban una ciudad productiva donde el trabajo es lo esencial, y no una ciudad que tenga en cuenta los cuidados, a los más vulnerables como niños o ancianos y la calidad de vida. Arquitectas como Inés Sánchez de Madariaga, desde la perspectiva de las “Infraestructuras para la vida cotidiana”, reivindican una ciudad para la vida, una vida diversa y plural, que se vea reflejada en el diseño de unas urbes más amables, seguras e inclusivas.
En este contexto, el proyecto MuWo pretende dar un enfoque tanto crítico y reivindicativo con respecto al papel de la mujer en el mundo de la arquitectura, como inspirador para las jóvenes arquitectas que en el futuro proyectarán nuestras ciudades. Y que, conforme pasa ya en las escuelas de arquitectura, serán mayoría.