Los restos arqueológicos aparecidos tras el derribo del edificio de la calle Mayor 47 de Guadalajara capital obligan a modificar el proyecto arquitectónico, que ya ha sido aprobado
Para proteger los elementos de valor hallados en el terreno
viernes 18 de marzo de 2022, 12:22h
La Delegación de Educación, Cultura y Deportes ha aprobado el nuevo proyecto básico para la construcción de un edificio de viviendas, locales, garajes y trasteros en el número 47 de la Calle Mayor de la capital, una vez que dicho proyecto se ha modificado ajustándose a las indicaciones realizadas tras los estudios arqueológicos del terreno.
El servicio de Cultura de la Delegación recibió el pasado día 3 el proyecto modificado y hoy mismo ha sido comunicada su aprobación al Ayuntamiento de Guadalajara y a la empresa promotora para que el proyecto pueda seguir adelante, una vez que queda garantizada la protección de los elementos de valor hallados en los trabajos arqueológicos, que se han desarrollado en dos fases.
Tras la primera fase de estudios arqueológicos, realizada entre agosto y noviembre de 2021, se desmontaron, una vez documentados, los restos de muros de época contemporánea que impedían avanzar con la excavación del solar. Tras el correspondiente estudio de los materiales arqueológicos recuperados se han documentado varios elementos de interés. Por un lado, el pozo de nieve que abastecía a la ciudad, construido a principios del siglo XVII en esta zona situada extramuros, conocida como arrabal de la puerta del Mercado o plaza de Santo Domingo, donde confluían la calle Mayor y la plaza del Mercado o de
Santo Domingo.
En niveles más antiguos se ha localizado una parte de la fortificación del siglo XVI, en concreto la escarpa del foso, muro de un metro de grosor que robusteció la parte interior del antiguo foso medieval de la ciudad. No se han localizado restos asociados a la Puerta del Mercado, construida en esta misma época y arrasada hasta sus cimientos durante las remodelaciones de mediados del siglo XIX.
Pero quizá el hallazgo más relevante ha sido los restos de la muralla medieval andalusí del primer arrabal de Guadalajara, datada entre los siglos IX y XI, de la que no se conocía su existencia en esta parte de la ciudad. Poco se puede decir de esta muralla por el momento, ya que sólo se ha conservado su cimentación y algunas piedras de la primera hilera.
Tras estos hallazgos, por indicación de la Delegación de Educación, Cultura y Deportes, el proyecto arquitectónico ha modificado su cimentación y deberá conservar estas estructuras arqueológicas en los niveles del último sótano, donde quedarán musealizadas permitiendo su acceso para futuros estudios. Igualmente, durante la fase de cimentación del nuevo edificio se finalizará la excavación arqueológica de las estructuras pendientes y se realizará un control arqueológico de los movimientos de terrenos.
Asimismo, el nuevo edificio deberá reproducir las fachadas del inmueble demolido, incorporando los miradores y barandillas originales previamente restaurados, reubicándolos en su posición original.
Durante todo el proceso, desde el Servicio de Cultura de la Delegación provincial se ha mantenido una estrecha colaboración con el personal técnico del Ayuntamiento, el equipo de arqueólogos responsable de los estudios y el promotor del proyecto.
En este sentido, el delegado de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Fernández-Montes ha destacado, “el trabajo realizado entre todas las partes implicadas en este proyecto en beneficio de la protección de todos aquellos elementos que pueden tener un valor cultural”. El delegado ha incidido en el seguimiento exhaustivo que desde el Servicio de Patrimonio se realiza en la protección de los elementos de valor histórico que aparecen en cualquier punto de la provincia, “una tarea que permite visibilizar nuestra historia y que durante muchas décadas no se ha realizado, lo que ha supuesto una importante pérdida de elementos de gran valor”.