La Asociación de Amigos de la Iglesia de Santiago de Sigüenza ha celebrado, este fin de semana, la gala en la que pone en valor, de manera anual, el estado del proyecto. Con buena parte del mismo ya concluido -las obras de adecuación de la nave principal e incluso el proyecto museístico avanzado- el evento se ha planteado, en este 2022, como una gala de agradecimientos.
Correspondió a la presidenta de la AAISS, Elena Guijarro, glosar la historia de la recuperación del edificio en los últimos años, recordando a todas aquellas personas que, de una u otra manera, han contribuido al avance del proyecto de la Iglesia de Santiago hasta lo que es hoy, animando, tanto a la sociedad seguntina como a las administraciones, “a seguir trabajando para culminar la iniciativa” y también extendiendo el compromiso de la Asociación más allá de la finalización del Centro de Interpretación del Románico Provincial.
Teresa Franco, concejala seguntina y diputada delegada de Cultura, refrendó el apoyo de la institución provincial, como ha venido sucediendo en los últimos años, y anunció la próxima renovación del segundo de los convenios anuales que la institución provincial mantiene con la Asociación. La concejala se mostró plenamente confiada en que muy pronto, “podremos disfrutar en ella del magnífico Centro de Interpretación del Románico en la provincia aquí, en la Iglesia de Santiago”.
La congresista Magdalena Valerio, de quien es bien conocida su predilección por Sigüenza, se mostró asombrada por la evolución de los trabajos en estos años. “He quedado profundamente impresionada por el cambio habido en el edificio, desde la última vez que entre en él, aún con suelo de tierra”, señaló. A este mismo nivel puso Valerio los hallazgos arqueológicos en la Iglesia de Santiago, construida sobre un torreón islámico del siglo X, hecho que “da una idea de lo profundas que son las raíces históricas de Sigüenza” y recordó la inclusión en la lista indicativa del Estado español la candidatura del eje Sigüenza-Atienza, para terminar subrayando que el de la Iglesia de Santiago es un ejemplo magnífico de cómo cuando la sociedad civil se activa con las administraciones se consiguen resultados que una vez parecieron imposibles.
La alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, que además forma parte de la Junta Directiva de la Asociación, les agradeció públicamente “el trabajo voluntarioso que hacen”, identificándolo como ejemplo de constancia y perseverancia en la consecución de un objetivo, y lo personalizó en la labor de su presidenta, Elena Guijarro, y de la cronista oficial de Sigüenza, Pilar Martínez, ausente por estar aún convaleciente de una enfermedad. “Sin duda este es uno de los proyectos que va a contribuir a que Sigüenza sea declarada Patrimonio Mundial”, señaló. La alcaldesa relacionó la historia que atesora el edificio, y que ha sido descubierta gracias al proyecto, con la exposición Atémpora mostrando, en ambos casos, la dimensión histórica de Sigüenza y subrayó la aportación municipal, desde el Plan de Sostenibilidad Turística, al proyecto, que financió el ámbito 4 del Centro de Interpretación con 35.000 euros, de manera adicional a la aportación anual del Ayuntamiento.
La historia de una recuperación
La Iglesia de Santiago era un edificio derruido, bombardeado e incendiado durante la Guerra Civil, olvidada durante muchos años. Elena Guijarro fue desgranando ayer los hitos fundamentales de un proceso que casi lo han convertido ya en un Centro de Interpretación del Románico Provincial.
No fue hasta 1982, cuando la dirección general de Bellas Artes restaura el único arco de la nave, quedando la obra paralizada. En 1990, la Junta de Comunidades presentó un Plan Especial del Románico, que incluyó la rehabilitación de Santiago, publicado por la Asociación de Amigos de la Catedral, y se elaboró un borrador de convenio de cesión a favor de la Consejería de Cultura.
En 1997, la Fundación Ciudad de Sigüenza intentó en varias ocasiones firmar un convenio con el Cabildo, esfuerzo que agradeció Guijarro.
En 1999, la Universidad de Alcalá, al acometer las obras de restauración de la Casa del Doncel, se llegó a plantear la posibilidad de su restauración para ubicar en ella un Aula Magna.
En 2002, mediante convenio de colaboración entre la Junta de Comunidades y el Obispado, se inician obras de recuperación de la cubierta. Fueron dirigidas por la arquitecta Pilar Hierro, con Luis Herranz como delegado de Patrimonio del Obispado, siendo alcalde de Sigüenza Francisco Domingo. La segunda fase de esta labor se llevó a cabo en 2006. Terminada, ha sido la base de la recuperación actual. En 2007, la Consejería de Cultura de Castilla-La Mancha puso en marcha el plan denominado Románico de la Marca Media. Se hicieron levantamientos y un gran trabajo de toma de datos, e incluso algunas propuestas, sin llegar a comenzar las obras. Su gran valedor fue entonces José María Peridis.
Fue en septiembre de 2012, siendo entonces alcalde de Sigüenza José Manuel Latre, con Primitivo Alguacil, como concejal de Patrimonio, con la colaboración de la cronista oficial de Sigüenza, Pilar Martinez Taboada, y la archivera municipal, Amparo Donderis, cuando se retomaron las conversaciones con el Cabildo para obtener el uso del edificio. Finalmente, el convenio de cesión de uso se firmó el 26 de octubre de 2012, por 25 años, prorrogables a 50, entre ambos organismos, Cabildo y Ayuntamiento.
En noviembre de aquel año, se crea la Asociación de Amigos de la Iglesia de Santiago, presidida desde su inicio por Elena Guijarro, para promover la conservación, restauración y mantenimiento de la Iglesia de Santiago, y para desarrollar actividades culturales relacionadas con el edificio, y, en general, con el arte románico.
En mayo de 2013, se firmó otro convenio de colaboración, esta vez entre la Asociación y el Ayuntamiento en virtud del cual se cede el uso de la Iglesia a la Asociación por el mismo periodo de tiempo que el convenio firmado con el cabildo. Entonces, la asociación asumió la organización y coordinación de actividades culturales con el fin de rehabilitar el monumento y convertirlo en un centro de interpretación del románico en la provincia.
Desde entonces, de manera anual, se han ido mostrando a la sociedad los avances del proyecto. En 2013, se presentó el proyecto de las obras y se lanzó la campaña apadrina un sillar. En 2014 se expuso el proyecto museístico del Centro de Interpretación del Románico de la provincia. En 2015 se mostró el informe del seguimiento arqueológico de las obras del presbiterio, a cargo del arqueólogo colaborador de la Asociación, Ricardo Barbas, y se entregaron los premios del I Concurso de Fotografía: el Románico en Guadalajara. En 2016, se expusieron los trabajos realizados por el Centro de Asistencia a la Investigación de Arqueometría de la UCM, consistentes en la prospección geofísica mediante GEORRADAR, a cargo de Teresa Chapa. En 2017 se presentaron los hallazgos arqueológicos previos a las obras de la nave, a cargo de Ricardo Barbas. En agosto de 2017 llegaría un punto de inflexión, con la solicitud de ayuda a la rehabilitación de Patrimonio convocada por los Ministerios de Fomento y Cultura, denominado 1,5% cultural, que ha dado paso a la ejecución principal del grueso de las obras. Unas obras que, por motivo de la pandemia, aún están sin inaugurar, pero que lo serán próximamente.
En los años 2019, 2020 y 2021, sucesivamente, se presentaron nuevos hallazgos arqueológicos, por parte de María Esteban, la exposición los Misterios del Románico, cedida por el Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha, y la conversión en realidad del proyecto expositivo, en sus diferentes ámbitos. “En lo que queda de 2022, queremos concluir con el Ámbito 5, además de inaugurar oficialmente las obras correspondientes a la subvención del 1,5% cultural”, anunció la presidenta de la AAISS. El resto de las obras de adecuación interior y restauración de paramentos y ventanas se financia a través de los convenios anuales del Ayuntamiento y de la AAISS con la Diputación de Guadalajara.
Y para subrayar musicalmente la historia del proyecto, actuó el Emsemble Komitas, un grupo que nace dirigido por la maestra Lyudmila Mesropyan. Las cuatro integrantes del cuarteto, Adriana de la Lastra y Leonor Tamaki al violín, Marta Gómez García a la viola y Lucía Fernández Sedano al violonchelo, interpretaron un repertorio musical muy amplio abarcando temas que van desde el barroco hasta la actualidad, pasando por toda la tradición clásica y atendiendo también a composiciones de otros estilos musicales tales como tangos, bandas sonoras y cómo no, música armenia.