El solsticio de invierno da la bienvenida este sábado 21 de diciembre a la estación más corta del año
Según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, la estación invernal que hará su entrada a las 10:21 h tendrá una duración de 88 días y 23 horas y es la época más atractiva para los aficionados a la astronomía
sábado 21 de diciembre de 2024, 12:30h
El 3 de enero tendrá lugar el pico de precipitaciones de la lluvia de meteoros conocida como Cuadrántidas, que es la más abundante del año, pudiéndose alcanzar una intensidad de hasta 120 estrellas fugaces por hora. Al día siguiente la Tierra y el Sol se encontrarán en el momento de máxima aproximación del año, denominado perihelio. Es decir, la distancia entre ambos será de poco más de 147 millones de kilómetros o, lo que es lo mismo, alrededor de cinco millones de kilómetros menos que en el instante de mayor distancia, conocido como afelio, que sucederá el 3 de julio de 2025. El 13 de enero, el cometa C/2024 G3 (ATLAS) alcanzará su máximo brillo con una magnitud de -2.0, aunque será difícil de observar desde el hemisferio norte. Los días 21 de enero y 28 de febrero podremos ver en el cielo dos espectaculares alineaciones planetarias, con seis planetas en el primer caso y siete en el segundo. El 14 de marzo habrá un eclipse total de Luna, evento que es conocido como ‘luna de sangre’, que será visible desde América, el este de Asia y Oceanía y el oeste de África y Europa, aunque desde España no se apreciará al completo pues nuestro satélite natural se ocultará antes de finalizar todas las fases de totalidad.
Son los principales eventos astronómicos que sucederán a lo largo de este invierno, que hará su entrada este sábado 21 de diciembre a las 10:21 horas en horario peninsular español coincidiendo con el solsticio de invierno. Si bien el invierno meteorológico dio comienzo el 1 de diciembre, el inicio del invierno astronómico se corresponde con el instante en que la Tierra pasa por el punto de su órbita desde el cual el Sol alcanza su máxima declinación sur. Así pues, este sábado nuestro astro transitará al mediodía por el horizonte con su menor elevación, describiendo en el cielo el arco más corto. Este fenómeno hace que este sea el día con menos horas de luz solar del año y, en consecuencia, la noche más larga. ‘En los días sucesivos tendremos la impresión de que el Sol siempre está en el mismo punto al mediodía, sin apenas variar su altura, de ahí que este momento sea conocido como solsticio de invierno, que proviene del latín solstitium, que significa Sol quieto’, aprecia Antonio García- Blanco, presidente de la Agrupación Astronómica de Guadalajara.
Según anticipa el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) que dirige Rafael Bachiller, socio de AstroGuada y organismo dependiente del Instituto Geográfico Nacional (IGN), la estación invernal tendrá una duración de 88 días y 23 horas y concluirá el 20 de marzo de 2025 con el comienzo de la primavera. El inicio del invierno en el hemisferio norte es contradictorio con respecto al hemisferio sur, donde este sábado hará su entrada el verano. Tal y como recuerda el OAN, las noches invernales son largas y con frecuencia secas, por lo que son excelentes para observar el cielo. En los próximos tres meses podremos ver al anochecer a los gigantes gaseosos Saturno y Júpiter junto con Venus, pero conforme pasen los meses el Señor de los Anillos se irá aproximando al Sol hasta desaparecer de los cielos vespertinos a finales de febrero. Por el contrario, Marte comenzará a ser visible en el firmamento tras la puesta de Sol a mediados de enero, mientas que Mercurio hará una breve aparición al anochecer desde mediados de febrero y hasta mediados de marzo. Coincidiendo con el comienzo del invierno, Marte y Mercurio serán visibles al amanecer, si bien desaparecerán del cielo matutino a finales del mes de enero.
Los cielos invernales son sin ningún género de dudas los más atractivos para los aficionados a la astronomía. Y no solo porque la mayoría de los planetas son visibles a ojo descubierto en esta época del año, sino también porque hacen acto de presencia algunas de las estrellas más brillantes del firmamento. Como la estrella variable Betelgeuse en la constelación de Orión, que se sitúa por encima de su característico cinturón, sin olvidar a la rojiza Aldebarán en la constelación de Tauro, donde en invierno se puede observar a simple vista el cúmulo de las Pléyades. Pero también la enana blanca Sirio en el Can Mayor, que es la estrella más brillante de la noche, o la pareja que forman Castor y Pólux en la constelación de Géminis. ‘Aldeberán, Pólux y Sirio forman, junto a Capella en la constelación del Auriga, Proción en el Can Menor y Rigel en Orión, el denominado hexágono de invierno, que es un asterismo que solo se identifica en esta época del año’, explica el presidente de AstroGuada.
Con algo menos de 89 días de duración, el invierno en el hemisferio norte es la estación más corta del año. Esta circunstancia se debe a que la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es circular sino elíptica, lo que significa que ‘contrariamente a lo que piensan muchos, el invierno coincide con la época del año en que nuestro planeta se aproxima más al Sol’, aclara Antonio García-Blanco. Cuanto esto sucede, la Tierra se mueve más rápido en su órbita, tal y como describió el astrónomo y matemático Johannes Kepler en su ley de las áreas, por lo que necesita menos tiempo para llegar al punto donde da comienzo la siguiente estación primaveral. De ahí que el invierno pueda comenzar en cuatro fechas distintas, entre el 20 y 23 de diciembre, debido al encaje secuencial que, en forma de años bisiestos, necesita nuestro planeta para que coincida la duración de la órbita terrestre alrededor del Sol con el calendario.
A lo largo de este año 2024 se han calculado un total de 4.464 horas y 38 minutos de luz solar en la ciudad de Guadalajara, siendo el mes de julio el de mayor exposición (458 horas y tres minutos) y diciembre el de menor con 289 horas y 14 minutos. El presidente de AstroGuada recuerda que a partir de este sábado los días volverán a ser más largos y las noches más cortas hasta la llegada del equinoccio de primavera, ‘cuando las horas de luz y oscuridad prácticamente serán las mismas’. Antonio García-Blanco advierte que la alternancia de las estaciones se debe a que el eje de la Tierra no es perpendicular al plano de la eclíptica, es decir, al plano sobre el que se sitúa la órbita terrestre, que está inclinado unos 23,5º, lo que significa que ‘durante el movimiento de traslación alrededor del Sol, los dos hemisferios terrestres no reciben siempre el mismo número de horas de luz’, explica.