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"Aquellas migas de pan" desata sobre las tablas el tabú del alzheimer poniendo la cultura la servicio de la divulgación
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"Aquellas migas de pan" desata sobre las tablas el tabú del alzheimer poniendo la cultura la servicio de la divulgación

Mónica Bardem y Carmen Ibeas encarnan una obra que ensancha el escenario a un coloquio posterior de la mano de FAE

viernes 07 de febrero de 2025, 18:58h
El Teatro Auditorio Francisco Nieva de Valdepeñas ha sido el escenario del doblete de ‘Una tarde para recordar’, un evento en el que el teatro y la concienciación se dan la mano junto a la Fundación Alzheimer España (FAE) para llamar la atención sobre la importancia de un diagnóstico precoz de esta enfermedad, un viaje teatral que incorpora la representación de ‘Aquellas migas de pan’, con Carmen Ibeas y Mónica Bardem sobre las tablas e Inma Cuevas a la dirección.

‘Aquellas migas de pan’ relata la historia de una escritora (Mónica Bardem) recién diagnosticada de una demencia temprana, que recurre a una joven y caótica cuidadora (Carmen Ibeas) para terminar de escribir sus memorias antes de perder por completo sus recuerdos.

Entre ellas se creará un vínculo tan frágil como indestructible que las convertirá en dos mujeres aliadas frente a todos sus abismos personales, navegando por sus vivencias en un onírico viaje que las llevará a lo más profundo de su pasado.

Una historia que busca desmontar el mito de que el alzheimer afecta solo a personas mayores, y reflexiona sobre las emociones del paciente, como el miedo a ser olvidado, la dependencia total del cuidador y la exclusión social.

Esta perspectiva, alineada con el lema de la FAE para esta temporada, ‘Cuanto más precoz el diagnóstico, mejor para nuestro colectivo’, destaca la importancia del diagnóstico temprano.

Tras la función, se abre un coloquio con el público que cuenta con la presencia del equipo artístico de la obra, así como con expertos en el campo de las enfermedades neurodegenerativas, que abordan la enfermedad desde el punto de vista clínico.

Una propuesta impulsada por Fundación Alzheimer España y producida por Varsovia Producciones y Kendosan Producciones y que ha vendido todos los boletos en Valdepeñas tras pasar por otras ciudades como Burgos, Valladolid, Aranda de Duero o Madrid; y que tienen su próxima parada en Alicante el 22 de marzo.

Este evento de concienciación cultural, apadrinado por el artista y embajador de la Fundación Alzheimer España, José Mota, busca apoyar y visibilizar el proceso que atraviesan los pacientes y sus cuidadores desde el momento del diagnóstico.

CAMINOS INVERSOS Y LOA AL PAPEL DE LA CUIDADORA
Desde el patio de butacas del Francisco Nieva de Valdepeñas, las actrices atienden en entrevista a Europa Press para relatar sus impresiones de la obra. Carmen Ibeas, ‘Beth’ en la obra representada, repara en que su persona, en el papel de cuidadora, termina por hacerse cargo de escribir las memorias de Alida al ser consciente de que “la enfermedad avanzará” y no podrá terminarlas de forma autónoma.

Beth se presenta en pleno tránsito desde un punto de partida “caótico” y en plena crisis vital, con un ritmo de vida “desastroso, sin trabajo, sin casa, sin pareja” hasta su encentro con Alida.

Dos personajes que “aprenden cada uno del otro” y que intercambian personalidad hasta el punto de que el proceso de madurez de Beth y el deterioro de Alida siguen caminos inversos que se acercan, se encuentran y terminan por separarse, tal y como argumentan las actrices.

Mónica Bardem, de su lado, apela a la magia: “Hay algo muy mágico en la obra y es que evidentemente mi personaje tiene un pasado duro. Busca escribir esas memorias y poder encontrar la paz y perdonar, entender y perdonar a su madre”.

Una trama que da cabida a un ‘flashback’ donde Bardem interpreta a Alida de niña e Ibeas a la madre de Alida para intercambiarse papeles en “un juego de espejos” que termina por exigir a las actrices representar cuatro personajes que se transforman.

Cambios “mágicos e instantáneos” para dar luz a “un hecho teatral maravilloso”, tal y como relata Mónica Bardem. “Es muy bonito ver cómo van fluyendo y al final acaban más unidas que como empezaron”, indican, poniendo en valor el cariño que el argumento otorga al papel de la cuidadora, resaltando “su paciencia, su ternura y su comprensión”.

CULTURA TRANSFORMADORA
Niko Verona, responsable de Varsovia Producciones y coproductor de la obra, desgrana a Europa Press desde el camerino cómo esta propuesta radica en “ofrecer la cultura como vehículo de transformación social” y traspasar los límites del puro ocio para llegar aún más lejos.

“La razón de ser de esta obra va por ahí. La obra es muy esclarecedora sobre la enfermedad y decidimos invitar a la Fundación Alzheimer España, y tras la representación fluyó el coloquio”, explica aludiendo al origen del formato.

Y con esta conexión de “simbiosis perfecta”, productoras y Fundación sumaron fuerzas para ofrecer algo más que un elemento lúdico, ya que los espectadores “salen con un libro bajo el brazo” sobre la importancia de un diagnóstico precoz.

Todo ello intentado “quitar ese tabú” que pesa sobre la enfermedad, “y es que la gente, cuando oye la palabra mira para otro lado” descuidando que “cuanto antes se detecte que hay un problema, antes se solucionará la vida del enfermo”.

Tanto en la representación teatral como en el coloquio posterior se pone el acento en el papel del cuidador, “una parte a veces un poco olvidada” y que representa Carmen Ibeas en el papel de Beth.

Tras la puerta de entrada que supone los 90 minutos de representación, hacer partícipe a un público aún con los poros abiertos tras la emoción de la obra prepara el terreno para que “pasen cosas mágicas” en el coloquio posterior.

Un evento que está siendo “muy positivo” en otra de sus aristas, y es que completan la propuesta con un pase matinal para escolares, con lo que se aborda la importancia de presentar el problema ante los más jóvenes.

Fue por “casualidad del destino” que la obra se representó en sus inicios con escolares a modo de ‘sparring’ de las actrices, momento en el que se descubrió que el recibimiento entre los adolescentes era esclarecedor.

“Y la verdad es que eso nos sorprendió mucho, nos pareció muy bonito, y ahí decidimos, junto con Fundación Alzheimer de España, ir más allá”, relata Verona, que considera tras esta experiencia que aún queda “mucho camino por explorar” en el campo de combinar cultura con divulgación y concienciación.

“HAY QUE QUITAR EL MITO DE LA MEMORIA”

Nohemí Martínez, vicepresidenta segunda de FAE, argumenta ante la agencia de noticias la importancia de “concienciar a la sociedad” ante una enfermedad que ha experimentado avances en cuanto a su diagnóstico para lograr detectarla mucho antes.

Resalta en este punto que cuando la enfermedad da la cara “ya lleva como 20 años de media instaurada” en el paciente, razón por la cual se hace cada vez más importante un diagnóstico precoz.

Una precocidad importante por el hecho de que lograr una “estimulación” al paciente por la vía de terapias no farmacológicas puede lograr “una reserva cognitiva por mucho más tiempo” si se adelantan los plazos del tratamiento.

“En la obra se ve muy bien reflejado cómo la persona diagnosticada precozmente puede plantearse el resto de su vida y organizarse”, añade, incidiendo en que tomando consciencia de padecer la enfermedad se allana el camino para “resolver” distintas facetas de la vida.

Por último, Martínez llama a desterrar “el mito de la memoria” como único síntoma de la enfermedad. “Hoy en día todos tenemos una vida muy estresante y es normal que tengamos despistes, que tengamos pérdidas puntuales de memoria, pero no es ni el único ni el principal síntoma”.

Apatía, abandono personal o depresión pueden ser también señales de alerta que desde FAE piden tener en cuenta para lograr una detección temprana de la enfermedad que puede ser clave para que la vida del paciente llegue a término con mayor calidad.
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