Debió enterarse poco antes de que se hiciera público y coincidió, más o menos, con su salida de tono ante un periodista que le preguntó qué pensaba de los resultados electorales. Evidentemente, Patxi López no pensó en Emiliano García-Page cuando, en un arranque de honestidad, decidió que la última caída de votos del PSOE en su territorio era la gota que colmaba el vaso con él como secretario general.
Tampoco debió pensar en su colega castellanomanchego cuando justificó su decisión afirmando que "los nuevos tiempos exigen nuevas caras". López lleva mucho tiempo en política y es mayor que Page, pero es que el alcalde de Toledo, con apenas 45 años, bate absolutamente todos los registros y es el claro ejemplo de personaje locuaz y dicharachero que no sabe lo que es cotizar al margen de la política: concejal en el Ayuntamiento de Toledo, diputado regional, diversas consejerías, portavoz del Gobierno regional de José Bono (su mentor), alcalde, senador, secretario regional del PSOE....
Sin embargo la renuncia de Patxi López no va con él. Prefiere mirar hacia otro lado y esperar que pase la tormenta sin asumir que el PSOE, en Castilla-La Mancha, no levanta cabeza y que los ciudadanos, quizás, esperan oír al menos una disculpa de quien les llevó a la ruina gestionando con una alegría desmesurada el dinero de todos. En vez de esto, Page ha optado por la confrontación a lo largo de estos tres años de oposición y, por lo que se ve, la estrategia no funciona.
Hoy mismo tiene previsto analizar los resultados electorales. Veremos si toma ejemplo de López o si por el contrario sigue empeñado en aferrarse al cargo. No tener otra forma de ganarse la vida tiene estos peligros.
Si (
No(
