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Más que gracia, a veces Page da miedo. (Foto: PSOE) |
El detalle más feo, grave y desagradable de Page en la campaña electoral
El pupilo de Bono intenta ser gracioso pero, de momento, no lo consigue
domingo 17 de mayo de 2015, 17:56h
Emiliano García-Page lo intenta con todas sus fuerzas, pero no puede. Está haciendo esfuerzos titánicos, pero no le llega ni a la suela de los zapatos, del que fue su mentor e ídolo, el único hombre capaz de llegar con una mano delante y otra detrás a la Presidencia de Castilla-La Mancha y salir, con la cartera repleta de millones, hípica incluida: José Bono.
A lo largo de estos últimos cuatro años, en los que Page se ha dedicado a hacer campaña contra el Gobierno de María Dolores Cospedal, ha buscado siempre el chascarrillo fácil y ser el más gracioso de la clase.
No tuvo gracia llamar “chacha” a Cospedal y ya le costó la bronca general de propios y extraños, afirmar que la presidenta regional “no sabía ni pasar el aspirador”, en una clara descalificación machista.
Tampoco tuvo gracia y estuvo cerca de peligrar su “amistad” con Susana Díaz cuando le vociferó, ante 700 personas: "Voy a abusar de ti…" (de su presencia, de su poder, de salir en el telediario, de que le hicieran caso, se entiende). Como sonó muy mal, y con la presidenta andaluza sonrojada, para tratar de salir del jardín en el que él solo se había metido, continúo con un "Ya sabe la gente que yo soy honesto,.. en eso"….¿?
Y su falta de estilo y mala educación ha alcanzado su punto máximo cuando este domingo, en un mitin, se ha referido al secretario regional del PP, Vicente Tirado. Page ha dicho ante su auditorio, que no se va a "despedir" sin "hacerle la foto" al alcorque en el que tropieza la presidenta regional, María Dolores Cospedal, cada vez que sale de los juzgados de Toledo, bromeó con que si el que "tropieza" es el presidente de las Cortes, Vicente Tirado, "puede ser, que no aguante el árbol".
Todo un ejemplo de hacer política el del secretario de los socialistas de Castilla La Mancha…, reírse y ridiculizar al adversario político por su aspecto físico.